La víctima recibió varios disparos al abrazar a su hijo para protegerlo. Tras casi dos meses de lucha, falleció en un hospital de Cartagena.

La vida de Mailet Inés Cuevas Zúñiga se apagó casi dos meses después de haber hecho lo que solo una madre haría sin pensarlo: dar la vida por su hijo. 

En una fracción de segundo, cuando vio que un sicario estaba a punto de asesinarlo, su instinto materno fue más rápido que las balas. Se interpuso entre el pistolero y su hijo de 19 años, usó su cuerpo como escudo y recibió los disparos destinados a él.

El ataque ocurrió la noche del 7 de febrero en el barrio El Reposo, cuando sujetos desconocidos irrumpieron en la tranquilidad del sector con una sola misión: matar al joven. 

En ese momento, Mailet estaba con él y otros seres queridos. En cuanto vio el peligro, no dudó. Corrió hacia su hijo y lo abrazó con todas sus fuerzas, cubriéndolo con su propio cuerpo.

Los disparos no la mataron en el acto, pero le causaron heridas tan graves que su vida quedó pendiendo de un hilo. También su hijo fue alcanzado por las balas. Los sicarios escaparon rápidamente y la comunidad, con el desespero en la piel, corrió a socorrerlos. Ambos fueron trasladados a un centro médico.

Desde ese día, el hospital se convirtió en un lugar de oración y esperanza para sus familiares y amigos. La veían luchar, aferrarse a la vida, resistir como solo una madre podría hacerlo. Pero el destino tenía otros planes. La mañana de este sábado 22 de marzo, los médicos confirmaron que ya no había nada más por hacer.

La noticia golpeó fuerte. “Murió la de la sonrisa bonita”, escribieron sus allegados en redes sociales. “Solo una madre hace lo que tú hiciste por tu hijo”, “Gracias por ser una guerrera”, “Cómo duele tu partida, mi negra”.

Mailet se fue con la satisfacción de haber protegido lo que más amaba. Su hijo, aunque herido, sobrevivió gracias a su sacrificio. Del joven no hay más información. 

La Policía Metropolitana de Cartagena aseguró que un grupo de investigadores trabaja en esclarecer los hechos y dar con los responsables, pero hasta ahora no hay respuestas ni capturas.

En El Reposo, en Cartagena el dolor pesa en el ambiente. La imagen de Mailet, la madre valiente, la mujer de la sonrisa bonita, queda en la memoria de quienes la conocieron. Dio la vida por su hijo. Y no hay amor más grande que ese.