Murió la vendedora de chorizo atacada por su marido por no darle dinero


La mujer murió semanas después de ser apuñalada por su pareja. El hombre la atacó porque ella se negó a darle el dinero de sus ventas. Estuvo 14 días hospitalizada, pero no resistió.

Juana vendía chorizos en el mercado de Santa Marta. Todo el mundo la conocía. Desde temprano se instalaba en su esquina con su mesa, su sartén y su mejor cara. Era trabajadora, firme y no se metía con nadie.

El sábado 6 de abril sucedió todo. Su pareja sentimental llegó bajo los efectos del alcohol, incluso algunos dijeron que estaba bajo los efectos de droga y le exigió el dinero del día. Juana se negó. Estaba cansada de ceder, de mantener a un hombre que no trabajaba y que solo aparecía para quitarle lo suyo.

La respuesta fue un ataque con arma blanca, en plena calle, frente a todos. La apuñaló sin compasión. Los gritos alertaron a otros comerciantes que corrieron a ayudarla. El agresor fue retenido y capturado por la Policía minutos después.

Juana fue llevada en grave estado a la Policlínica La Castellana y luego a la Clínica La Milagrosa. Allí luchó por su vida durante 14 días. Tenía múltiples heridas, pérdida de sangre y órganos comprometidos. Pese al esfuerzo médico, murió el domingo 20 de abril en la madrugada.

Su puesto ahora está vacío. La gente sigue sin creer que una mujer como ella haya muerto por defender lo suyo. Por decirle “no” a un hombre violento.

Juana no denunció antes. Tal vez por miedo, tal vez por costumbre. Como muchas otras mujeres que viven con la amenaza dentro de casa.

Este crimen no fue un accidente. Fue feminicidio. Otro más en una ciudad donde ser mujer, trabajadora e independiente sigue siendo peligroso.

Ahora la pregunta es: ¿cuántas Juanas más van a morir antes de que se haga algo?


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