La emoción de estrenar su vehículo se convirtió en un hecho fatal para un joven wayúu de 25 años que perdió la vida al estrellarse en su primera prueba con el vehículo.

Wilmer Iguarán Epiayú despertó con ilusión. Como muchos jóvenes de su edad, había soñado con tener su propia motocicleta, y al fin lo había logrado. La Bóxer CT100 de color negro que acababa de adquirir no solo era un medio de transporte, sino símbolo de independencia, de metas alcanzadas.

Apenas pudo decidió salir a estrenarla por las vías de su tierra, sin saber que aquel primer recorrido sería también el último.

Eran las primeras horas de la mañana del domingo cuando Wilmer se desplazaba por el sector conocido como El Arroyo, jurisdicción del municipio de Manaure, al norte de La Guajira. La carretera, con sus curvas y superficie irregular, ha sido escenario de varios accidentes, pero ninguno tan doloroso como este.

Según testigos, la emoción pudo más que la prudencia. La velocidad con la que conducía se convirtió en un enemigo invisible. Al tomar una curva, perdió el control del vehículo y fue expulsado violentamente, cayendo con fuerza sobre el asfalto. La motocicleta quedó varios metros más adelante, sacudida por el golpe del destino.

Wilmer, miembro de la etnia Wayúu, era conocido en su comunidad por su carisma y espíritu trabajador. La noticia de su fallecimiento corrió con mucha tristeza entre rancherías y calles, dejando un vacío imposible de llenar entre sus familiares y amigos, que aún no logran comprender cómo un día de alegría se tornó en pesadilla.

Las autoridades que atendieron el siniestro manejan como hipótesis principal el exceso de velocidad. La falta de experiencia y las condiciones del terreno habrían sido determinantes para el fatal desenlace.