
Murieron abrazados: la tierra se llevó una familia mientras veían televisión
Una madre, un padre y su hija de 11 años murieron al ser sorprendidos por un deslizamiento de tierra.
La noche del viernes, la lluvia no cesaba en el municipio de Sabaneta. El cielo parecía derrumbarse sobre el sur del Valle de Aburrá, y en una humilde vivienda del sector, tres personas permanecían resguardadas en su vivienda. Liz Patricia Luna, su esposo Deiby Roquéme Mendoza y la pequeña Natalia Lucía compartían un momento familiar frente al televisor. Ninguno imaginó que sería el último.
El deslizamiento fue súbito. Una masa de tierra, arena y escombros se desprendió con violencia de la ladera cercana y sepultó la vivienda en segundos. No hubo tiempo para gritar ni correr. La familia fue tragada por la tierra sin darles oportunidad de escapar. Cuando los vecinos, alertados por el estruendo, corrieron a auxiliar, ya era demasiado tarde.
Lea aquí: Su hermana lo denunció: sorprenden a hombre abusando de su sobrina de 13 años en Magdalena
“No pudimos hacer nada, todo fue muy rápido”, lamentó un vecino, con los ojos enrojecidos por las lágrimas. Durante horas, los organismos de socorro lucharon contra el barro y la inestabilidad del terreno para recuperar los cuerpos. Cada palada de tierra removida parecía pesar más que la anterior, cargada no solo de lodo, sino de tristeza.
En la mañana del sábado el silencio reina en el barrio. Las risas de Natalia Lucía ya no se escuchaban. Sus compañeros de colegio, consternados, lamentan su partida. Era una niña brillante, querida por sus profesores y amigos, una estudiante ejemplar que soñaba con ser doctora.
Los vecinos recordaban a Liz Patricia y Deiby como una pareja trabajadora, siempre dispuestos a ayudar. “Eran personas buenas, una familia unida. Esto duele mucho”, dijo una vecina entre el dolor.
Las autoridades han iniciado estudios de evaluación del riesgo en la zona y han reiterado la urgencia de atender las recomendaciones ante las lluvias, que se intensifican con la temporada invernal. Pero para muchos, la advertencia llegó demasiado tarde.
En Sabaneta, la lluvia cesó, pero la tragedia dejó una huella imborrable. La tierra no solo se llevó una casa, también arrancó de raíz a una familia que lo único que hacía era vivir junta una noche cualquiera.
PAUTE
AQUÍ
420 px x 450 px
INFO AQUÍ