La familia de Marilha Menezes, de 28 años, denuncia que la clínica no tenía equipos de emergencia y prepara una demanda judicial. Las autoridades investigan si hubo negligencia.

En la ciudad de Campo Grande, en el oeste de Río de Janeiro, se registró la muerte de Marilha Menezes, una joven de 28 años mientras se sometía a una liposucción que le regalaron por motivo de su cumpleaños.

El procedimiento, que debía durar apenas dos horas, se convirtió en una intervención de seis que terminó en tragedia.

De acuerdo con el reporte preliminar, la mujer sufrió una broncoaspiración que derivó en un paro cardiorrespiratorio. Aunque el personal de la clínica solicitó ayuda externa y llamó a una ambulancia, los intentos por reanimarla resultaron inútiles.

La familia cuestiona no solo la prolongación de la cirugía, sino también la falta de equipos para atender emergencias en el centro estético.

“Mi hermana murió sin que tuvieran cómo auxiliarla. No había lo necesario para salvarla”, denunció Carolina Menezes, hermana de la víctima, quien aseguró que emprenderán acciones legales.

La operación había sido pagada por los padres de Marilha como un regalo de cumpleaños. El procedimiento costó cerca de 900 dólares, equivalentes a unos 4.000 millones de pesos.

La clínica, por su parte, lamentó el fallecimiento y sostuvo que el equipo médico fue contratado de manera externa, sin que se registraran anomalías durante la intervención.

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El caso ya está en manos de la Oficina de Protección al Consumidor, que abrió una investigación para esclarecer si hubo negligencia y determinar responsabilidades.

Mientras tanto, el nombre de Marilha Menezes se suma a la lista de muertes asociadas a procedimientos estéticos en Brasil, un país que lidera el ranking mundial de cirugías plásticas y donde cada vez más familias exigen mayores controles y seguridad en este tipo de clínicas.