La femenina de 35 años, fue hallada sin vida en una habitación del Motel El Cruce, en Montería. Las autoridades investigan las causas del fallecimiento y buscan al hombre que ingresó con ella y luego huyó del lugar.

Silvia Patricia Castillo Martínez no volvió a casa. Su cuerpo fue encontrado sin vida en la habitación número 4 del segundo piso del Motel El Cruce, ubicado en el barrio Nueva Esperanza, en el sur de Montería. Tenía 35 años y vivía en el barrio Edmundo López.

Ingresó al lugar acompañada de un hombre más joven, según relataron empleados del establecimiento. Era una tarde aparentemente normal, hasta que horas después, cuando ya no había movimientos en la habitación, el personal decidió verificar. Allí, sobre la cama, yacía el cuerpo de Silvia. No tenía signos vitales. Tampoco señales visibles de violencia.

La escena desconcertó a los empleados. El hombre que la acompañaba ya no estaba. Se había marchado sin reportar nada, sin decir una palabra. Ahora, su paradero es un enigma para las autoridades, que lo consideran una pieza clave para entender qué ocurrió realmente esa tarde en el motel.

Silvia llevaba un pantalón de licra negro y tenía varios tatuajes que ayudaron a confirmar su identidad: una mariposa con flores decoraba su tobillo derecho, y en el hombro, una rosa tatuada completaba el cuadro. Eran símbolos que hablaban de una historia, de una vida.

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Familiares y vecinos la identificaron rápidamente. Las autoridades, por su parte, no encontraron señales de lucha o agresión. Una de las hipótesis preliminares es que la mujer pudo haber sufrido un infarto, posiblemente asociado a una sobredosis. Sin embargo, Medicina Legal tiene la última palabra y será quien determine con exactitud qué la llevó a la muerte.

¿Quién era el hombre que la acompañaba?

La incógnita más inquietante gira en torno al hombre con el que Silvia ingresó al motel. Hasta ahora, no ha sido identificado oficialmente. Las cámaras de seguridad del lugar lo registraron, y las imágenes ya están en manos de las autoridades. Lo describen como un sujeto más joven, de contextura delgada y tez morena. Tras el hallazgo, desapareció sin dejar rastro.

La Policía trabaja en la recolección de información, cruza datos, interroga a vecinos, y analiza los videos para dar con él. No se sabe si huyó por miedo, si está vinculado a la causa de la muerte o si simplemente no supo cómo actuar ante una tragedia repentina.