La ciudad de San Juan Bautista, en Paraguay, se vio alterada después de que un video circulara entre vecinos y autoridades. En las imágenes se ve a una joven madre, Micaela Narváez, de 19 años, intentando asfixiar a su beba de 11 meses durante una videollamada con su pareja, un hombre actualmente detenido por tráfico de estupefacientes. La joven cumplía prisión domiciliaria al momento de los hechos.

Todo ocurrió dentro de la casa donde Micaela Narváez vive junto a sus dos hijas pequeñas. La mañana iba normal, pero durante la conversación en línea, tomó una toalla y, sin previo aviso, la presionó sobre el rostro de la bebé. La niña apenas podía moverse, y la hermana mayor, de tres años, observaba sin comprender lo que pasaba. El motivo detrás de ese gesto aún es un misterio.

El hombre que presenciaba la escena desde su celda no pudo hacer nada, salvo grabar el momento y enviarlo desesperadamente a la abuela materna de la pequeña. Le pidió que actuara de inmediato, que salvara a su nieta. Esa cadena de avisos fue la que logró que el caso llegara también al teléfono del jefe de la Comisaría 1ª de San Juan Bautista, Ramón Bacigalupo.

“Me llega el video en mensaje privado y rápidamente fuimos hasta la casa. Nos apoyó el asistente fiscal en este hecho que ya se estaba haciendo viral en San Juan”, relató el comisario.

Cuando los agentes llegaron, encontraron a la joven aún en la vivienda. Fue detenida sin resistencia e imputada por intento de homicidio. Bacigalupo confirmó lo que se veía claramente en el material:

“En el video se la ve hablando con su pareja donde le coacciona a él, tapándole la cara de la criatura”.

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La intervención de la Defensoría de la Niñez permitió que la hija mayor fuera entregada a su padre, mientras que la bebé quedó al cuidado de su bisabuela, quien vive en la misma casa del barrio Tres Fronteras. Para la familia, la escena capturada en el video fue un golpe difícil de procesar.