El hecho ocurrió en medio de la jornada del lunes festivo y generó momentos de pánico y tensión entre los pacientes que esperaban atención. La rápida reacción de los padres y la Policía evitó que el incidente pasara a mayores.

La tarde del lunes festivo en Gaira, al sur de Santa Marta, se presentó una situación que generó pánico. Lo que era una jornada tranquila en el puesto de salud del corregimiento se transformó en minutos de tensión y gritos, cuando una mujer, al parecer en crisis mental, intentó arrebatarle el bebé de los brazos a una joven madre que aguardaba su turno para ser atendida.

El hecho ocurrió en cuestión de segundos. Según relataron testigos, la mujer se acercó de manera repentina, sin mediar palabra, y trató de quitarle el niño a la madre, que reaccionó instintivamente abrazando con fuerza al pequeño mientras pedía ayuda. “Ella gritaba desesperada, la gente no entendía qué pasaba”, contó una paciente que se encontraba en la sala de espera.

El padre del menor, que estaba junto a la joven, intervino de inmediato. Forcejeó con la agresora hasta lograr apartarla. El llanto del bebé, los gritos de la madre y el desconcierto de los presentes desataron un caos momentáneo en el centro asistencial.

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Minutos después, uniformados de la Policía Metropolitana de Santa Marta llegaron al sitio y controlaron la situación. La mujer, visiblemente alterada, salió corriendo e intentó refugiarse en una vivienda cercana, pero fue alcanzada por los agentes, quienes la trasladaron nuevamente al puesto de salud.

Allí, los médicos determinaron que presentaba comportamientos erráticos y signos de alteración mental. Fue dejada bajo observación mientras se contactaba a sus familiares. La escena, aunque no dejó heridos, dejó a todos con el corazón acelerado.

“Fue un susto muy grande. Nadie entendía qué estaba pasando. Todos pensamos que se iba a llevar al bebé”, relató una usuaria del centro.

La Policía descartó que se tratara de un intento de secuestro y señaló que la mujer habría actuado en medio de una crisis emocional o psiquiátrica.

Ese lunes, el bebé volvió a los brazos seguros de su madre. Pero el susto, el llanto y la incertidumbre quedaron como una aterradora experiencia.