El hecho insólito ocurrió en el municipio de Landázuri, donde una mujer abrió la tumba de un joven asesinado hace tres meses, lo bañó con agua y jabón y lo vistió con ropa nueva. Las autoridades investigan las circunstancias y evalúan su estado mental.

En el cementerio municipal de Landázuri en Santander, una escena dejó atónitos a los vigilantes del lugar. Una mujer, de aspecto tranquilo, abrió la tumba de un joven asesinado tres meses atrás y comenzó a bañarlo, perfumarlo y vestirlo con ropa nueva, como si el paso del tiempo no hubiera existido.

El fallecido fue identificado como Diego Expedito Moreno Rojas, un joven del municipio de Cimitarra que perdió la vida en julio tras recibir una puñalada. Su cuerpo reposaba en una bóveda sencilla hasta que su familiar —una mujer que lo visitaba con frecuencia— decidió irrumpir en el camposanto para cumplir lo que, según ella, era un acto de amor.

Los testigos aseguran que llegó temprano, cargando una bolsa con agua, jabón, perfume y prendas limpias. No titubeó al abrir la bóveda ni mostró miedo ante el olor o la descomposición. “Voy a comprarle uno mejor, papacito”, se le escucha decir en el video que grabaron los cuidadores del cementerio, incapaces de contener la sorpresa ante lo que veían.

Uno de los vigilantes relató que intentó detenerla, pero su estado de salud le impidió acercarse. Llamó entonces a la Policía y a sus compañeros, mientras observaba cómo la mujer continuaba con su extraño ritual. “Lo trataba con cariño, le hablaba como si estuviera vivo”, contó.

Lea también : La acosaban por tener zapatos réplicas: días después fue atacada con un bisturí en su escuela

Según fuentes locales, la mujer habría aprovechado que el sepulturero estaba incapacitado para ejecutar su propósito. Algunos vecinos aseguraron que desde la muerte de su pariente ella no había vuelto a ser la misma: pasaba días enteros en silencio, visitaba el cementerio con frecuencia y, según se comenta, llevaba semanas comprando ropa y artículos de aseo para el difunto.

“La veíamos muy afectada, pero nadie imaginó algo así”, dijo un residente del municipio, aún incrédulo por el suceso.
La mujer fue retirada del lugar por la Policía y trasladada a una estación, donde recibió atención médica y psicológica. Las autoridades investigan si incurrió en el delito de profanación de sepultura, aunque también analizan si actuó bajo una alteración mental.