Una cámara de seguridad captó el instante en que un motociclista invadió la cicloruta de la avenida Campo Serrano y arrolló a una trabajadora que caminaba hacia su empleo. La víctima permanece hospitalizada y el conductor sigue sin ser identificado.

En la avenida Campo Serrano, un motociclista decidió ignorar todas las normas de tránsito. En las imágenes de seguridad, difundidas en redes sociales, se ve cómo se sube a la cicloruta, acelera sobre las cebras y termina embistiendo a una mujer que cruzaba con total normalidad. Un golpe seco, una caída violenta y, de inmediato, el caos.

La víctima, empleada de un almacén de calzado, quedó tendida en el piso mientras el motociclista —visiblemente aturdido— intentaba ponerse en pie. Fueron los mismos transeúntes y comerciantes quienes corrieron a auxiliarla antes de que llegara el personal médico. Hoy permanece en estado reservado bajo supervisión médica.

La moto circulaba por un carril donde no debía estar: la cicloruta de la Carrera Quinta, una zona que en teoría debería ser segura para peatones y ciclistas, pero que en la práctica se ha convertido en tierra de nadie. Y lo admiten quienes trabajan allí:

“Eso pasa a cada rato. Se suben al andén, a la cicloruta, pasan como si fueran dueños de la vía”, dice un comerciante cercano al lugar del accidente.

La indignación estalló en redes apenas el video se viralizó. Entre los comentarios sobresale el de un usuario que resumió el sentir general:

“Santa Marta es una ciudad sin ley. Las motos son un peligro. Andan con placas escondidas y nadie controla nada”.

La frase encendió el debate y volvió a poner sobre la mesa un reclamo que lleva meses: la falta de autoridad frente al desorden vial.

Lo cierto es que este no es un caso aislado. En Santa Marta, la imprudencia de algunos motociclistas ya es parte del paisaje. Son frecuentes las maniobras peligrosas, el irrespeto a los semáforos, los giros en contravía y el uso indebido de andenes y ciclorutas. Los mismos peatones reconocen que caminar por el centro es, muchas veces, caminar con miedo.

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Mientras la mujer lesionada se recupera y su familia pide claridad, las autoridades intentan ubicar al conductor que huyó sin dejar rastro. No hay placa visible, no hay identificación, y el video se convirtió en la única prueba de un hecho que pudo terminar en tragedia mayor.