Módulos comerciales de la 30 y parque Sesquicentenario están abandonados y desmantelados


Los delincuentes y consumidores de droga han sido los beneficiados con estos espacios, sobre los cuales la alcaldía no ha definido su entrega y puesta en funcionamiento.

Por más de un año, los módulos comerciales construidos en el parque Sesquicentenario y la calle 30 de Santa Marta permanecen en el olvido.
A pesar de haber sido terminados, estas estructuras aún no han sido entregadas ni habilitadas para el uso de los comerciantes locales, su propósito inicial.
El tiempo y la falta de vigilancia han convertido estos espacios en focos de deterioro y en puntos de encuentro para indigentes y consumidores de drogas, lo que genera preocupación entre los residentes de las zonas afectadas.

Un proyecto con buenas intenciones, pero sin resultados
Estos módulos fueron construidos como parte de un plan para organizar la actividad comercial en áreas estratégicas de la ciudad, buscando mejorar el entorno urbano y proporcionar condiciones dignas para los vendedores. Sin embargo, la falta de definición sobre su uso y entrega ha dejado en el limbo una inversión significativa.

“Es una lástima que estas estructuras estén deteriorándose antes de siquiera ser utilizadas. Era una oportunidad para organizar el comercio en esta área y ahora son solo puntos de conflicto y desorden”, asegura Margarita Suárez, residente del sector cercano al parque Sesquicentenario.

Deterioro progresivo y mal uso

La ausencia de vigilancia y el retraso en la entrega han permitido que estas estructuras sean vandalizadas y utilizadas para fines distintos a los planeados.
En los módulos, los indigentes han encontrado un refugio temporal, utilizándolos como baños improvisados y, en algunos casos, desmantelándolos para vender partes de sus estructuras.

“Ya varios módulos están dañados, y la mayoría requieren mantenimiento antes de ser entregados. ¿Cómo es posible que algo nuevo ya esté en tan malas condiciones?”, cuestiona Juan Herrera, un comerciante que esperaba saber cómo resultar beneficiario de estos espacios.

El panorama en estas zonas ahora es desolador. Lo que debería ser un punto de actividad económica se ha transformado en áreas muertas de la ciudad, generando inseguridad y preocupación entre los habitantes.

Un contraste que genera expectativas
Un ejemplo positivo de lo que estos módulos podrían significar se encuentra en la Quinta Avenida, donde estructuras similares ya están en funcionamiento. Allí, los comerciantes han logrado organizarse, mejorando la imagen de la zona y facilitando el desarrollo económico.
Este contraste evidencia que, con la gestión adecuada, los módulos del parque Sesquicentenario y la calle 30 podrían ser una solución para el desorden comercial en esas áreas.
“En la Quinta Avenida, estos módulos han sido un éxito. Nos han permitido trabajar en mejores condiciones y los clientes lo notan. Es cuestión de voluntad para que esto también pase en otras zonas”, comenta Adriana López, comerciante beneficiada.

La gran incógnita es por qué, después de más de un año de haber sido terminados, estos módulos no han sido entregados. Las autoridades locales no han dado una explicación clara sobre los retrasos en su habilitación, lo que genera críticas entre los ciudadanos.


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