
Miles de niños del Magdalena dejarán de recibir la alimentación escolar y gobernación culpa al Gobierno Nacional
La departamental advirtió que, pese a haber cumplido con todos los requisitos, la demora de los Ministerios de Educación y Hacienda, así como de la UAPA, amenaza la continuidad del PAE en el departamento.
En el Magdalena la incertidumbre se tomó las escuelas. Lo que para miles de niños significa el único plato de comida seguro en el día está en riesgo de desaparecer por una traba en Bogotá.
La administración departamental encendió las alarmas al revelar que, aunque el proyecto del Programa de Alimentación Escolar (PAE) fue radicado desde abril y ha superado todas las exigencias técnicas y financieras, aún no tiene el aval del Gobierno Nacional.
La Gobernación asegura que desde mayo ha sostenido más de seis mesas técnicas y múltiples reuniones con los ministerios de Educación y Hacienda, así como con la Unidad Administrativa Especial de Alimentación Escolar (UAPA). En todas, según el reporte oficial, respondió con rigor jurídico, técnico y financiero cada requerimiento. Pero la falta de aprobación mantiene en vilo la continuidad del servicio.

“Estamos listos para ejecutar, pero sin la viabilización no podemos avanzar en la contratación”, advirtió la Oficina del PAE.
Una carrera contra el tiempo
Para mitigar la crisis, la administración logró la aprobación de una adición que cubre apenas ocho días de raciones. Paralelamente, se gestionan recursos ante el OCAD Regional para financiar los 47 días restantes del calendario escolar. Sin embargo, la advertencia es clara: si el nivel central no da su aval pronto, el departamento quedará atado de manos.
El riesgo no es menor. Durante el primer semestre de 2025, la Gobernación garantizó la operación del PAE en los 28 municipios no certificados, entregando más de 8 millones de raciones alimentarias que cubrieron 73 días del calendario académico. Ese esfuerzo evitó traumatismos y mostró que el programa puede ejecutarse con eficiencia.
El drama de los plazos
La administración recuerda que la planeación de la contratación se hizo con meses de anticipación para evitar interrupciones. No obstante, los tiempos se acortan peligrosamente y el fantasma de miles de niños sin almuerzo o refrigerio ronda los colegios del Magdalena.
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“Esto no es un asunto administrativo, es un derecho fundamental. Si no hay respuesta, lo que está en juego es el bienestar y el rendimiento escolar de nuestra niñez”, señaló la Gobernación en un llamado directo al Gobierno Nacional.
Mientras el reloj avanza, el departamento espera una decisión que podría marcar la diferencia entre un plato servido en la mesa de los estudiantes o un vacío en sus jornadas escolares.
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