La amenaza de un grupo armado transformó a Santa Marta en un pueblo fantasma desde las 10 de la noche, dejando en jaque la economía nocturna y sembrando el miedo entre sus habitantes. 

• Por Roger Urieles, director de noticias 

La noche del miércoles, Santa Marta vivió una jornada inusual que dejó a sus calles desiertas a partir de las 10:00 p. m. La advertencia de un grupo autodenominado ‘La Muerte’, que en un video amenazó con imponer un toque de queda y realizar una «limpieza social», sembró el miedo entre los habitantes de la ciudad. 

Este ambiente de temor no solo afecta la tranquilidad de la población, sino que también pone en riesgo la economía nocturna de la ciudad.

Contexto de una noche de terror
En la grabación difundida en redes sociales, hombres armados con armas de largo y corto alcance enviaron un mensaje contundente que caló profundamente en la ciudadanía. Horas después de la publicación, se registraron varios atentados que dejaron tres jóvenes muertos y tres heridos, actos que las autoridades atribuyen al grupo armado ‘Los Pachencas’, quienes, según el comandante de la Policía Metropolitana, Jorge Bernal, estarían utilizando el nombre de ‘La Muerte’ como fachada.

“Las investigaciones realizadas confirman que este supuesto grupo no es más que un disfraz de Los Pachencas, quienes buscan mantener el control mediante el miedo mientras continúan sus actividades delictivas”, declaró el oficial.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades por restablecer la calma, la población optó por no desafiar las advertencias. “Las calles estaban completamente solas; era como un pueblo fantasma. Nunca había visto algo así”, comentó María Elena, residente del barrio El Parque.

Impacto en los establecimientos nocturnos
La decisión de la ciudadanía de resguardarse en sus hogares impactó directamente a los establecimientos nocturnos, que registraron una caída drástica en sus ventas. La incertidumbre y el miedo dejaron bares, discotecas y restaurantes sin clientes.

“El miércoles tuvimos que cerrar temprano. Nadie quiso quedarse más allá de las 9:30 p. m.”, aseguró el propietario de una discoteca cercana a la Universidad del Magdalena. 

Otro comerciante expresó su preocupación: “Si esto continúa, muchos negocios tendremos que cerrar definitivamente. Ya no podemos soportar más pérdidas”.

Los dueños de los establecimientos temen que la situación se prolongue, agravando aún más sus problemas económicos. Según ellos, los clientes ya no se sienten seguros para salir en las noches, y eso podría significar el fin de la vida nocturna en la ciudad.

Acciones de las autoridades
Ante la situación, la Alcaldía y la Policía han anunciado medidas para recuperar la confianza de la ciudadanía. 

El secretario de Seguridad, Gustavo Berdugo, informó que el Ejército comenzará a patrullar las calles junto con la Policía para garantizar la seguridad en las zonas más vulnerables.

“Queremos que la población sepa que no está sola. Vamos a hacer todo lo necesario para que la tranquilidad regrese a Santa Marta”, afirmó Berdugo. Sin embargo, la percepción de inseguridad sigue prevaleciendo entre los samarios.

El miedo como herramienta de control
Para muchos habitantes, el temor generado por estas amenazas representa un golpe directo a la vida cotidiana. “No es justo que tengamos que vivir con miedo, sin poder salir ni disfrutar de nuestra ciudad”, dijo Alejandra Gutiérrez, estudiante universitaria.

Mientras tanto, los comerciantes hacen un llamado a las autoridades para que tomen medidas efectivas que permitan reactivar la vida nocturna. “Santa Marta no puede convertirse en una ciudad fantasma. Necesitamos seguridad para nosotros y nuestros clientes”, concluyó un empresario del sector nocturno.

A pesar de los esfuerzos institucionales, la población aún enfrenta un dilema: confiar en las promesas de seguridad de las autoridades o acatar las amenazas de quienes buscan sembrar el miedo.