“Mi hija murió tratando de salvar a sus compañeros”: el desgarrador relato de padre de mujer que murió ahogada en río


La psicóloga y profesora de 24 años, murió en Dibulla cuando intentaba rescatar a sus compañeros atrapados en un vehículo que cayó a un canal. Su padre, Adolfo Quintero, narró entre lágrimas cómo su hija dio la vida por los demás.

El corazón de Adolfo Quintero está roto. Su hija, Adolmairis, una joven psicóloga de apenas 24 años, murió en un acto de heroísmo que hoy llena de orgullo y dolor a su familia. El pasado martes, en zona rural del municipio de Dibulla, La Guajira, el vehículo en el que ella y otros profesionales de salud regresaban de una brigada médica cayó a un canal de aguas. Cinco personas murieron. Adolmairis no solo fue una de ellas: fue quien intentó salvar a los demás.

“Supuestamente ella salió, pero se metió de nuevo para ayudar a sacar a sus compañeros, y ahí se ahogó”, contó su padre, Adolfo.

La joven se había reincorporado ese fin de semana a su labor como integrante de las brigadas de vacunación que visitan comunidades apartadas. “Salió con el equipo a hacer brigadas. Ella estaba feliz, era lo que amaba”, recuerda el padre.

Según los primeros relatos, el conductor del vehículo, Hugo Nelson Gil Villar, habría intentado orillarse demasiado en el camino, lo que provocó que el camión se volcara y terminara sumergido en el canal. “La doctora abrió la puerta y trató de sacar al chofer, pero él no logró sobrevivir. Mi hija también salió… pero volvió a entrar a salvarlos”, narró Adolfo, señalando que su hija pudo haber escapado, pero eligió quedarse.

El accidente dejó también sin vida a la trabajadora social Yilda Redondo (27), y a las auxiliares de enfermería Isaura María Moscote (51) e Ivana Moscote (32). Según Adolfo, todas eran familiares. “Son cuatro velorios que toca hacer”, dijo con dolor.

La noticia causó consternación en toda La Guajira. El gobernador Jairo Aguilar expresó su solidaridad a través de redes sociales: “Con el corazón triste, expreso mi dolor y solidaridad por el trágico fallecimiento de cinco personas en un accidente de tránsito ocurrido en Dibulla”.

Desde el Hospital Nuestra Señora del Carmen de Hatonuevo, donde laboraban, colegas de las víctimas rindieron homenaje a su labor: “Ellos no solo llevaron batas blancas, llevaron también la esperanza a cada rincón olvidado… Hasta sus últimos minutos, permanecieron firmes, cumpliendo su juramento sagrado de servir”.

Adolmairis Quintero no murió por un accidente cualquiera. Murió por su vocación, por sus compañeros, por no abandonar a los que estaban atrapados. Su último acto fue el de una mujer valiente, comprometida con su profesión y con la vida de los demás. Un acto que, aunque desgarrador, la convierte en un símbolo de entrega.


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