
“Me quiso perjudicar y lo que hizo fue beneficiarme”: Olga se lanza como nueva influencers y anuncia que va a operarse
Lo que inició como un acto de represalia de una mujer embarazada contra la amante de su pareja, terminó catapultando a Olga Vizcaíno a la popularidad en redes sociales. La samaria, lejos de mostrarse arrepentida, ha encontrado en la controversia un negocio personal y una vitrina para crecer en el mundo digital.
La historia comenzó cuando una joven en estado de embarazo, herida por la traición de su pareja, decidió exponer públicamente las conversaciones íntimas que este sostenía con Olga Vizcaíno y otras mujeres. Lo que buscaba ser un castigo, se convirtió en el inicio de una inesperada transformación mediática.
Vizcaíno, señalada como la «amante» que rompió un hogar, no se escondió ni ofreció disculpas. Por el contrario, salió a hablar en medios locales y nacionales, abrió transmisiones en vivo en redes sociales y se mostró orgullosa de ser el centro de la atención. “Me quiso perjudicar exponiéndome, pero lo que hizo fue darme un beneficio”, dijo orgullosa de lo que generó con su comportamiento.
La polémica multiplicó sus seguidores: hoy suma casi 30.000 en Facebook y una cifra creciente en Instagram, plataformas que ya capitaliza con transmisiones, interacciones y hasta publicidad.
Su imagen es usada con fines comerciales y ella, lejos de la vergüenza, se muestra sonriente y cómoda en ese nuevo rol.
Vizcaíno asegura que el escándalo le permitió “derribar estereotipos” y que su relación evidencia que el amor no depende de rostros o cuerpos perfectos. Además, reveló que ya consiguió patrocinadores para someterse a cirugías estéticas. “Voy a ser una mujer renovada gracias a quien quiso perjudicarme”, sostuvo.
Mientras ella aprovecha los reflectores, el trasfondo de la historia sigue siendo el dolor de una mujer que, con un embarazo en curso, decidió hacer pública la infidelidad de su pareja. Su denuncia, hecha en medio de la indignación, desató un debate que mantiene dividida a la opinión: quienes condenan a Vizcaíno y quienes la aplauden por convertir el escarnio en oportunidad.
El caso, lejos de apagarse, sigue creciendo. Y aunque nació de una traición íntima, hoy se convirtió en un fenómeno social en el que el drama personal se mezcla con la fama instantánea que brindan las redes.
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