Masacre en Caracolí deja cuatro personas asesinadas 

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El ataque, perpetrado por hombres armados en moto, ha generado conmoción en el departamento del César, que recientemente ha sido sacudido por amenazas de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).

El departamento del César enfrenta nuevamente el horror de la violencia tras una masacre registrada el pasado martes en el corregimiento de Caracolí, Valledupar. 

El ataque, que ha dejado a la comunidad consternada, cobró la vida de cuatro personas: Luis Miguel Tamara Castillo, Jaison Javier Aragón, de 22 años, Jader Pertuz, de 25 años, y Yulibeth Morillo López.

Según el reporte de las autoridades, el hecho ocurrió en horas de la tarde del martes cuando sujetos armados, movilizándose en motocicletas, llegaron hasta una vivienda ubicada a pocos metros de la cabecera municipal. 

Sin mediar palabra, los atacantes ingresaron al inmueble, disparando primero contra los tres hombres que se encontraban dentro de la casa. Yulibeth Morillo, en un desesperado intento por salvar su vida, intentó huir, pero fue alcanzada por las balas de los criminales que la asesinaron en las afueras de la vivienda.

El Secretario de Gobierno del departamento del César, Eduardo Esquivel López, fue informado de inmediato sobre la masacre y señaló que un grupo de uniformados especializados en la protección de líderes sociales fue enviado al lugar para asegurar la zona y realizar las primeras investigaciones.

“Se acaba de registrar una masacre: cuatro personas asesinadas en el corregimiento de Caracolí, a pocos metros de la cabecera. Vamos a trasladarnos junto con el coronel de la Policía Metropolitana de Valledupar para esclarecer el origen de esta masacre”, declaró Esquivel López a los medios, subrayando la gravedad de la situación.

Este ataque se produce en un clima de creciente tensión en la región, donde recientemente circularon panfletos firmados por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). En estos documentos, se amenazaba a varios líderes sociales de la zona, otorgándoles un plazo de 48 horas para abandonar el departamento, lo que ha generado un ambiente de terror e incertidumbre.