Más de 2.200 colombianos han sido deportados desde EE. UU. en menos de cuatro meses


Cada semana, cerca de 250 connacionales son repatriados en vuelos operados por la Fuerza Aérea. El Gobierno defiende el proceso, mientras crecen las críticas por la regularidad y el enfoque humanitario del retorno.

Desde el pasado 26 de enero, todos los martes y jueves aterrizan en Colombia vuelos procedentes de Estados Unidos con ciudadanos deportados. Según cifras oficiales, más de 2.200 colombianos que intentaron ingresar de forma irregular a territorio estadounidense han sido retornados hasta el 8 de mayo, en aeronaves operadas por la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).

La situación fue confirmada por la canciller Laura Sarabia, quien indicó que el Gobierno nacional seguirá facilitando estos vuelos, por instrucción directa del presidente Gustavo Petro. “Vamos a seguir enviando los vuelos por los connacionales. Esa es la instrucción del presidente Petro. Hemos hecho malabares financieros”, aseguró Sarabia durante un almuerzo de bienvenida a los repatriados.

Cada semana, unos 250 colombianos están siendo deportados, en el marco de un endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses. Frente a este panorama, la Cancillería ha buscado garantizar que los migrantes retornados lleguen en condiciones dignas, a través de una coordinación directa con la FAC.

No obstante, el manejo del proceso ha generado críticas de distintos sectores sociales y políticos que cuestionan la regularidad de los vuelos y el aparente silencio frente a las condiciones de detención y repatriación. Para muchos, la preocupación radica en si el Gobierno está normalizando las deportaciones masivas sin ofrecer información clara ni estrategias efectivas para abordar la migración forzada.

El debate se produce en un contexto delicado para las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos, marcadas a inicios de año por tensiones en torno a la gestión de la migración y la cooperación fronteriza. Mientras tanto, el Ejecutivo insiste en que su prioridad es la protección de los derechos de los migrantes y el diseño de soluciones estructurales frente a las causas que los obligan a abandonar el país.

A medida que los vuelos continúan y los testimonios de migrantes retornados se multiplican, la sociedad colombiana observa con atención un fenómeno que, más allá de las cifras, revela profundas heridas sociales y económicas aún sin sanar.


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