Las constantes denuncias y quejas de la comunidad de Santa Marta por el desorden y el alto volumen en los patios rumberos finalmente recibieron respuesta de las autoridades locales.
La alcaldía lideró una intervención nocturna para restaurar el orden en estos lugares de entretenimiento y en los establecimientos comerciales que han estado excediendo los límites de decibeles permitidos.
La intervención, que fue impulsada por la solicitud de la propia comunidad, se centró inicialmente en áreas clave como el corredor universitario, Malvinas, Bastidas y Curinca. Sin embargo, se planea extender estas medidas a otros barrios de Santa Marta que también enfrentan serios problemas de ruido.
Camilo George, secretario de gobierno de Santa Marta, enfatizó la importancia de abordar este problema, no solo como una cuestión de orden público, sino también como un tema de salud pública.
“Estamos trabajando en colaboración con la autoridad ambiental, encabezada por la doctora Paola Gómez, para abordar las preocupaciones planteadas por la comunidad. Con la implementación de sanciones y actividades de sensibilización, esperamos ver una mejora significativa en esta delicada situación”, declaró George.
