
«Mamá, ¿estás bien?»: la pregunta de Julio al caer con su madre en atentado criminal
La madre metió su cuerpo para salvar a su hijo y terminó herida. Él sufrió la peor parte.
El sonido de los disparos generó caos este jueves festivo en Orihueca, corregimiento de la Zona Bananera. En cuestión de segundos, una conversación entre madre e hijo terminó convertida en una escena de sangre, llanto y desesperación.
Julio Piña hablaba con su madre, Raquel Charris, de pie frente a una vivienda del barrio La Palma. Nada parecía fuera de lo común. Pero dos hombres en moto aparecieron de repente. No hubo advertencias. Solo balas. Iban por Julio.
Raquel, como haría cualquier madre, intentó protegerlo con su cuerpo. En medio del ataque recibió un disparo. Su hijo fue alcanzado por dos tiros; uno de ellos en la cabeza. Cayó al suelo mientras los atacantes se marchaban sin prisa, seguros de haber cumplido su objetivo.
La gente gritaba. Algunos corrían. Otros solo observaban, paralizados. Julio quedó tendido, aún con signos de vida, respirando con dificultad. La sangre formaba un charco debajo de él. Nadie sabía cómo moverlo. Nadie tenía un plan. Con esfuerzo lograron llevarlo a un centro asistencial en una moto.
Pero antes tirado en el piso murmuraba. Preguntaba con voz entrecortada por su mamá. “¿Mamá, estás bien?”, alcanzó a decir antes de que el aire le faltara. A esta hora lucha por su vida en una clínica junto a su mamá.
Las autoridades iniciaron una investigación, pero la comunidad —acostumbrada al silencio tras el crimen— no tiene muchas esperanzas.
El cuerpo de Julio quedó sobre el pavimento, rodeado de miradas que no olvidarán el horror. Una madre herida. Un hijo luchando para no morir. Y un corregimiento que vuelve a ver la violencia pasearse por las calles.
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