
‘Magdalena ya decidió’: Caicedo y Margarita hacen moñona con multitudinarios eventos en Santa Marta y Ciénaga
En simultáneo, las dos principales ciudades de Magdalena se vistieron de naranja en los cierres de campaña de Margarita Guerra, quien aseguró que ni las intimidaciones de grupos ilegales ni “los viejos poderes del pasado” frenarán su camino hacia la Gobernación este 23 de noviembre.
No fue uno, fueron dos. Y ambos a reventar. Así cerró Margarita Guerra su campaña en Santa Marta y Ciénaga, en una jornada que su equipo describe como “apoteósica”, sin necesidad —dicen ellos— de hablar de cifras, pero sí de mostrar músculo político y un mensaje claro: su proyecto busca continuidad y, según afirma, la gente no quiere retrocesos.
Desde bien temprano, la ola naranja se movió entre las dos ciudades más grandes del Magdalena. A pesar del ambiente tenso que dejó en el aire la denuncia de presiones de grupos ilegales para frenar la participación de sus simpatizantes, la candidata insistió en que “no hay miedo que pueda más que la voluntad del pueblo”. Para ella, la masividad de los actos fue la prueba de que la gente ya decidió.
“Santa Marta y Ciénaga dijeron que no quieren volver al pasado del olvido y el desgobierno”, sentenció Guerra, mientras sus seguidores agitaban banderas con la seguridad de quienes creen que ya ganaron.
Caicedo la acompañó
A su lado estuvo Carlos Caicedo, líder de Fuerza Ciudadana y precandidato presidencial, quien llegó como figura central para cerrar filas y seguir activando el voto a favor del proyecto político que él mismo ha empujado durante más de una década. Caicedo volvió a elevar el tono contra sus adversarios y afirmó que los intentos por intimidar al electorado “son señales de miedo, no de fuerza”.

“Creyeron que iban a asustar al pueblo. Pero están asustados ellos. Magdalena ya eligió, y eligió a Margarita”, lanzó Caicedo desde la tarima.
El discurso del movimiento volvió a girar sobre los “resultados del cambio”: los Juegos Bolivarianos, las más de 500 obras ejecutadas en 12 años, la salida —según ellos— de Santa Marta de la lista de las ciudades más peligrosas del mundo, y la construcción de la primera sede universitaria en la historia de Ciénaga.
En un tono más desafiante, Margarita apuntó directamente a sus rivales: “Los candidatos del narcotráfico y de la parapolítica no vencerán al pueblo en las urnas este 23 de noviembre”.
La campaña venía de un recorrido intenso por los municipios más grandes del departamento. El Banco, Plato, Pivijay y Fundación habían tenido, días antes, concentraciones que también superaron las expectativas del equipo de Fuerza Ciudadana, reforzando la narrativa de que “Magdalena ya se decidió”.

El domingo, con tarimas encendidas, motos y caravanas cruzando las vías del distrito hacia Ciénaga, la campaña quiso mostrar su resistencia ante cualquier intento de intimidación. “Nada, ni nadie, va a evitar que este pueblo vote por lo que ya conoce y lo que funciona”, dijo Guerra, levantando el brazo de Caicedo en medio de aplausos.
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El cierre simultáneo fue más que una demostración logística: fue un mensaje político. Un golpe de timón en plena recta final, una advertencia al adversario y un intento de consolidar la idea de que el Magdalena está pintado de naranja… al menos en las calles.
El 23 de noviembre dirá si también lo está en las urnas.
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