
Magdalena en emergencia: dengue mata a nueve personas y dispara más de 3.000 casos
Nueve muertos, más de 3.160 contagios y una curva que no frena tienen en alerta al Magdalena. El 72% de los casos son niños y jóvenes. Autoridades advierten que la automedicación está empeorando los cuadros y piden no bajar la guardia en esta temporada de fin e inicio de año.
Pasan los días y el dengue sigue pasando factura en el Magdalena. Ya son nueve fallecidos y más de 3.160 personas contagiadas según el último boletín del Instituto Nacional de Salud. No es una cifra fría: es un departamento entero intentando contener una emergencia que no afloja y que, por el contrario, se expande con fuerza en la población más vulnerable.
El impacto golpea sobre todo a los menores. El 72% de los casos —2.302 contagios— corresponde a niños y jóvenes entre los 0 y 19 años. La enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, se instaló en las casas, en los patios, en los baldes de agua y en los rincones donde la prevención no ha logrado llegar a tiempo.
Los servicios de salud ya sienten la presión:
1.385 personas hospitalizadas, 1.762 con signos de alarma y 28 pacientes con dengue grave. Detrás de cada número hay un mismo patrón: cuadros que se complican rápido, consultas tardías y decisiones que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El error recurrente: automedicación que agrava el dengue
Médicos y epidemiólogos coinciden en un punto crítico: la automedicación está empeorando los casos. Lo ven todos los días. Pacientes que llegan después de ingerir ibuprofeno, diclofenac, antiinflamatorios, antibióticos o incluso el famoso “matrimonio” de dexametazona con betametazona, una mezcla que, lejos de mejorar, acelera el deterioro del organismo.
Una pediatra del Hospital Julio Méndez Barreneche, que ha atendido decenas de casos en las últimas semanas, lo resume así:
“El 80% de las complicaciones graves llegan después de automedicarse. Un niño con dengue no necesita un antiinflamatorio, necesita un médico. Pero muchos llegan cuando el cuadro ya está en etapa crítica”.
Los síntomas de alarma son claros: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, sangrados, dificultad para respirar, letargo, puntos rojos en la piel o hemorragias en los ojos. Cualquiera de estos signos exige atención inmediata.
Prevención: la única defensa real mientras el brote sigue creciendo
En medio de la emergencia, desde el sector científico y farmacéutico insisten en reforzar las medidas simples pero efectivas: eliminar criaderos, usar repelente, tapar tanques y revisar patios con frecuencia.
Adriana Méndez, gerente general de Takeda Colombia, enfatiza otro punto clave:
“La vacunación es una herramienta que reduce el impacto del dengue y protege a las poblaciones más vulnerables. No reemplaza las otras medidas, pero sí complementa la prevención”.
Con un número creciente de hospitalizados y una transmisión sostenida, el riesgo de que los casos aumenten en fin de año es real. Diciembre y enero, meses de viajes, celebraciones y menor vigilancia en el hogar, suelen disparar los contagios.
Nueve muertes que no deberían repetirse
Las autoridades confirmaron tres fallecimientos por dengue y mantienen otros seis bajo estudio. Lo que sí está claro en todos los casos es la misma secuencia: síntomas que se subestiman, consultas tardías y un virus que actúa con rapidez mortal.
La Secretaría de Salud del Magdalena lanzó un mensaje frontal:
“la emergencia continúa. No podemos bajar la guardia. Cada muerte por dengue es prevenible si se actúa a tiempo”.
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El departamento cierra el año con una advertencia que pesa: el dengue no se detiene porque el calendario cambie. Y en un territorio donde el mosquito encuentra condiciones ideales para reproducirse, cualquier descuido puede costar otra vida.
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