La mujer dejó dos cartas dirigidas al padre del menor, donde expresó dolor, resentimiento y una decisión desesperada. El niño, diagnosticado con autismo, agonizó durante horas antes de morir.

Micaela Lator, de 47 años, asesinó a su hijo de seis años, diagnosticado con trastorno del espectro autista, y luego se suicidó en su vivienda.

El hecho ocurrió en plena hora del día, pero fue descubierto por la noche por el padre del menor, cuando llegó del trabajo.

El niño aún presentaba signos vitales al momento de ser hallado, pero murió minutos después sin que los servicios médicos pudieran salvarlo. Su madre ya estaba sin vida.

Dos cartas y una historia de dolor
En el lugar, los investigadores encontraron dos cartas escritas por Lator y dirigidas al padre del niño. Los mensajes, firmados y manchados de sangre, destilaban dolor emocional, reproches y un sentimiento de abandono. “Ya no tendrás que esconder tu celular, ni borrar los mensajes. Me cansé de ser invisible”, escribió en uno de ellos.

Para la Fiscalía, esos textos fueron determinantes para reconstruir lo ocurrido. De acuerdo con el informe, la mujer utilizó un revólver calibre .22 para disparar contra su hijo y luego contra sí misma. El primer tiro que se dirigió falló, rozándole la cabeza, pero el segundo, al pecho, fue mortal. También se halló otro revólver calibre .38 sin municiones, guardado en un ropero.

Las pericias revelaron que el niño agonizó al menos cuatro horas después del ataque, lo que descarta que la muerte fuera inmediata.

Una vida marcada por la depresión y la falta de apoyo
Vecinos y allegados describen a Lator como una mujer que llevaba años lidiando con depresión y que ya había intentado suicidarse en el pasado. Su estado anímico, según las fuentes, se habría deteriorado más en los últimos meses, afectado por la carga que implicaba el cuidado del menor y la ausencia de redes de apoyo.

El fiscal Darío Provisionato, a cargo de la investigación, ordenó peritajes, entrevistas y el análisis del recorrido del padre mediante su tarjeta SUBE para corroborar su coartada. Confirmados los tiempos y descartada su participación, el expediente fue cerrado con la conclusión de que se trató de un filicidio seguido de suicidio.

En Florencio Varela, Argentina, este caso ha generado mucha conmoción.