
Madre e hijo fueron asesinados mientras dormían en su casa en Aracataca
En la madrugada de este jueves, sicarios armados irrumpieron en una vivienda del corregimiento de Buenos Aires, en Aracataca (Magdalena), y asesinaron a una mujer y a su hijo. Las víctimas dormían cuando fueron atacadas.
La tranquilidad de la madrugada fue interrumpida por ráfagas de disparos. Eran las 2:30 a.m. de este jueves 29 de mayo cuando sicarios fuertemente armados entraron a una vivienda en el corregimiento de Buenos Aires, jurisdicción de Aracataca, y asesinaron a sangre fría a una madre y su hijo.
Las víctimas fueron identificadas como Elizabeth Martínez y Yasir Martínez. Ambos estaban dormidos cuando los atacaron. No hubo advertencias ni posibilidad de defensa. Los asesinos entraron, dispararon y huyeron.
Yasir murió en el acto. Su cuerpo quedó tendido dentro de la habitación. Elizabeth, aunque aún respiraba, no logró sobrevivir. Fue trasladada de urgencia a un centro médico, pero llegó sin signos vitales.
Los vecinos, despertados por los tiros, no se atrevieron a salir. El miedo los paralizó. Algunos miraron desde las rendijas, otros se encerraron. Sabían que algo grave había pasado, pero no imaginaron que se trataba de un doble homicidio.
La escena que encontraron las autoridades fue dantesca. Dos cuerpos baleados, sangre, puertas forzadas. No se trató de un robo. El objetivo era matar. Todo apunta a un crimen planeado, ejecutado con precisión. Se presume que el ataque obedece a un caso de sicariato, aunque no se descarta ninguna hipótesis.
Este nuevo hecho violento ha generado indignación y temor entre los habitantes del corregimiento. La comunidad exige respuestas. Piden justicia y mayor presencia de las autoridades, porque sienten que la violencia está ganando terreno.
Las autoridades judiciales ya iniciaron las investigaciones para esclarecer los hechos y capturar a los responsables. Por ahora, solo hay dolor y silencio.
La madrugada del 29 de mayo quedará marcada por el asesinato de Elizabeth y Yasir. Madre e hijo murieron en el lugar donde se suponía debían estar más seguros: su propia casa.
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