Madre confesó haber asesinado y enterrado a su hija de cinco años con ayuda de su pareja


El crimen de una menor de cinco años sacude a Brasil. La abuela paterna denunció el maltrato y reportó la desaparición. La policía descubrió el cuerpo enterrado en el patio de la vivienda familiar y una herramienta con rastros de sangre, señalada como el arma homicida.

Brasil permanece conmocionado por el asesinato de María Clara Aguirre Lisboa, una niña de solo cinco años cuyo cuerpo fue encontrado enterrado en el patio de su vivienda, en el municipio de Itapetininga, estado de São Paulo.

Su madre, Luiza Aguirre Barbosa da Silva, y su pareja, Ribeiro Machado, confesaron ante las autoridades haber cometido el crimen que hoy estremece al país.

El caso salió a la luz gracias a la denuncia de la abuela paterna, quien alertó a la Policía Civil sobre la desaparición de la menor y advirtió que la niña sufría maltratos frecuentes cuando estaba bajo el cuidado de su madre. Esa declaración encendió las alarmas y dio inicio a una investigación urgente.

Al llegar a la vivienda, los agentes notaron una zona del patio recientemente cubierta con cemento. La sospecha los llevó a excavar y, a pocos metros de profundidad, hallaron una fosa donde yacía el cuerpo de la pequeña. El informe forense posterior confirmó que la niña había muerto a causa de golpes con un objeto contundente.

En el lugar, los investigadores encontraron una remachadora con restos de sangre, considerada el arma utilizada en el homicidio. Según el comisario Franco Augusto, los acusados pasaron dos días intentando ocultar el cuerpo, antes de sellar el sitio con cemento para borrar toda evidencia.

Un elemento decisivo en la investigación fue un mensaje de audio que Machado envió desde el teléfono de Luiza al padre biológico de la menor. En la grabación, con tono frío y desafiante, el hombre decía:

La nena ya está muerta. No me molestes más. No tienes más hija, no tienes nada”.

Ese audio fue entregado por la abuela paterna a las autoridades, convirtiéndose en una de las pruebas clave que permitió reconstruir la secuencia del crimen y confirmar la participación de la madre y su pareja.

Ambos permanecen detenidos bajo custodia mientras la Fiscalía del estado de São Paulo reúne las pruebas para la acusación formal. El caso ha provocado indignación en todo Brasil y ha reabierto el debate sobre la protección infantil y la responsabilidad institucional ante las denuncias de maltrato.

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María Clara, la niña que debió estar protegida, terminó sepultada en su propio hogar.


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