
Luis Mestre no fue víctima de un atentado: la verdad detrás de su muerte en Puerto Gaira
Las primeras investigaciones desmintieron la versión inicial de un ataque sicarial. El joven habría sido herido durante un intento de atraco que salió mal y murió minutos después al desplomarse de su motocicleta en el Rodadero Sur.
Por varias horas, los habitantes del sector de Puerto Gaira, en el Rodadero Sur, creyeron que la muerte de Luis David Mestre era una más de las tantas ejecuciones que en los últimos meses han estremecido a Santa Marta. Su cuerpo, tendido junto a una motocicleta sin placas, alimentó la hipótesis de un atentado criminal. Sin embargo, la verdad fue otra.
El reporte inicial que llegó a la Policía hablaba de un accidente. “Un muchacho se cayó de la moto”, dijeron los vecinos que escucharon solo el golpe seco del vehículo contra el pavimento, sin disparos ni persecución. Cuando los uniformados llegaron al sitio, Mestre aún respiraba. Fue trasladado de inmediato al centro asistencial de Gaira, donde los médicos, tras intentar reanimarlo, confirmaron el hallazgo: tenía un impacto de bala en el cuerpo.
A partir de ese momento, todo cambió. Los investigadores del CTI y la Sijín desplegaron labores de vecindario y revisaron las cámaras de seguridad cercanas. Las imágenes revelaron un recorrido distinto al imaginado por los testigos: Luis Mestre no cayó donde fue hallado, sino que había sido herido varias cuadras antes, en circunstancias aún más dramáticas.
Las cámaras muestran que Mestre se desplazaba en una motocicleta tipo bóxer sin placas, acompañado de otros dos sujetos en igual número de motos. Minutos antes del suceso, habrían intentado abordar a un ciudadano. Ese hombre, al sentirse amenazado, desenfundó un arma y respondió al ataque. En el cruce de segundos, Mestre fue alcanzado por un disparo.
Herido, logró huir del sitio, creyendo que la herida no era mortal. Pero mientras avanzaba hacia Puerto Gaira, la fuerza le fue faltando. Finalmente perdió el control del vehículo y se desplomó sobre el asfalto.
Las autoridades ya cuentan con las grabaciones que registraron los últimos movimientos de Luis David y trabajan en la identificación de las otras personas que lo acompañaban. Todo apunta a que la muerte del joven no fue un atentado sicarial, sino la consecuencia de un fallido intento de robo que terminó con su vida.
La comunidad de Gaira, que al principio creyó estar ante otro crimen por ajuste de cuentas, hoy comenta con desconcierto el desenlace del caso. En cuestión de horas, la historia cambió de víctima a victimario, y de atentado a tragedia.
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