A pesar que los líderes que habían quedado encargado se oponían a su regreso, el pastor a través de mecanismos legales recuperó el control total de la iglesia evangélica.
El pastor Luis Fernando Ramón, líder de la iglesia evangélica GNG, ha retomado el control administrativo y la predicación en su congregación luego de enfrentar fuertes críticas y denuncias por presunto abuso sexual hacia mujeres que asistían a sus prédicas.
Este domingo, a Ramón se le vio en el púlpito durante un servicio en vivo y directo y transmitido por redes sociales, en el cual realizó sus tradicionales prédica e invitó a los presentes y hasta los seguidores a realizar donaciones económicas mediante un código QR bancario que aparecía en pantalla.
A pesar de la resistencia de los líderes encargados de la iglesia, quienes consideraban inadecuado que retomara su rol pastoral debido a los graves señalamientos en su contra, Ramón logró a través de mecanismos legales recuperar el manejo absoluto de la organización.
El pastor reconoció haber atravesado un periodo de «crisis personal» que lo llevó a alejarse de la iglesia temporalmente, asegurando que ahora está «restaurado y listo para servirle a Dios».
División en la congregación y cuestionamientos públicos
La comunidad GNG, una de las más grandes de Santa Marta, está profundamente dividida. Muchos fieles han optado por trasladarse a otras iglesias, afirmando que Ramón ya no representa los valores que predica y que será difícil recuperar la confianza en su liderazgo. Por otro lado, sus defensores aseguran que su regreso es un acto de arrepentimiento y redención.
Las críticas hacia Ramón también han escalado a niveles judiciales e institucionales. La Asamblea Departamental solicitó retirarle una condecoración que había recibido previamente, argumentando que las denuncias en su contra son incompatibles con la distinción.
Norma Vera, reconocida defensora de derechos humanos, calificó como un riesgo la continuidad de Ramón al frente de la congregación.
Según Vera, las denuncias revelan que el pastor utilizó su posición de poder y los mecanismos religiosos para manipular y acceder a las mujeres, una situación que, asegura, no puede ser ignorada por las autoridades ni por los fieles.
El pastor responde a las acusaciones
En su defensa, Ramón ha negado los señalamientos, calificándolos como parte de una «vendetta personal» motivada por el desamor con una influencer.
Según el pastor, esta persona habría prometido «acabar con él» en medio de su dolor, y aseguró tener pruebas de audios y mensajes que respaldan su versión.
Aunque admitió haber cometido errores en su vida personal, insistió en que todas sus relaciones fueron consensuadas y pidió perdón por el impacto que sus acciones han tenido en la comunidad:
«Reconozco que mis acciones han provocado decepción y división en el cuerpo de Cristo, y por ello pido perdón de todo corazón», expresó Ramón a través de las redes sociales de la iglesia.
El caso de Luis Fernando Ramón sigue generando controversia en Santa Marta, mientras el pastor intenta reconstruir su imagen y liderazgo en medio de la desconfianza de gran parte de su comunidad.