
Los impresionantes hallazgos que confirman saboteo y falta de cultura con el alcantarillado de Santa Marta
Durante recientes labores de inspección, la Essmar evidenció que el mal uso del sistema sanitario por parte de la comunidad también causa el deterioro y los constantes rebosamientos. La entidad encontró materiales como piedras, cemento y madera en las redes de alcantarillado.
A simple vista, el problema parece únicamente técnico. Las alcantarillas colapsan, las aguas servidas rebosan, la comunidad se queja y la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta (Essmar) y la alcaldía reciben los señalamientos. Pero tras las tapas metálicas de los manjoles, la realidad es más profunda y molesta. Piedras, pedazos de madera, cemento seco y hasta arena han sido extraídos recientemente del interior de las tuberías en sectores como Bastidas, Bellavista, Prado y Portal del Edén, en Gaira.
Durante una jornada de mantenimiento e inspección, la Essmar confirmó una vez más lo que sus técnicos han venido advirtiendo: el sistema sanitario de Santa Marta, ya obsoleto para una ciudad en crecimiento, no solo sufre por su antigüedad, sino también por el uso inadecuado que le da la propia ciudadanía.

Y es que el 90% de los rebosamientos atendidos por la entidad —según los reportes operativos— tienen su origen en residuos sólidos que no deberían estar ahí. Materiales que, además de generar obstrucciones, terminan deteriorando las redes e interrumpiendo la operación normal de las estaciones de bombeo.
“El sistema ya no da más, y lo estamos saboteando nosotros mismos”, señalan técnicos de la empresa.

Aunque no se refirieron directamente a las denuncias del alcalde Carlos Pinedo sobre una presunta “mafia del alcantarillado”, desde la Essmar fue claro el mensaje: la falta de cultura ciudadana está contribuyendo al colapso de un servicio esencial.
Y mientras la ciudad se inunda de aguas residuales incluso en días secos, sin lluvias ni fallas eléctricas, lo que sí aflora son las consecuencias del mal uso. La disposición de elementos ajenos al sistema no solo agrava los rebosamientos, sino que también pone en riesgo el bienestar de los samarios.

Essmar ha emitido una nueva alerta y ha reiterado el llamado a un uso responsable del alcantarillado. Su propósito es claro: evacuar aguas residuales. Todo lo demás —cemento, fustes, escombros— no solo no tiene cabida, sino que está costándole a la ciudad una emergencia sanitaria que se repite con preocupante frecuencia.
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