Los cazaron y mataron como animales: brutal masacre deja seis muertos en vereda del Cesar


El hallazgo de un cuerpo abandonado en una trocha de zona rural de Valledupar destapó la peor masacre del año en el Cesar. Las autoridades creen que se trata de una vendetta entre el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadores de la Sierra. Cinco cadáveres aún estaban en la maleza cuando se activó la operación militar para recuperarlos.

La mañana del viernes 18 de julio, campesinos de Tierra Nueva, una vereda de Valledupar, dieron con una escena espeluznante. El cuerpo sin vida de un hombre, con signos de tortura y múltiples impactos de bala, yacía cerca de una vía rural.

No estaba solo. En las siguientes horas, las autoridades confirmaron que al menos cinco cuerpos más habrían sido abandonados en la espesura del monte, a escasos metros, en un punto de difícil acceso por la presencia de grupos armados ilegales.

Las víctimas, todas del sexo masculino, habrían sido amarradas, torturadas y luego acribilladas. Dos de ellas eran hermanos: Hernando y Luis Ortiz. Los otros identificados son Guillermo Serrano, apodado ‘Capullo Osorio’, otro conocido como ‘Kiki’ y una persona más aún sin identificar. Todos ejecutados con armas de fuego.

La masacre, que rápidamente causó conmoción en todo el Cesar, parece tener un trasfondo claro: la disputa sangrienta entre el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadores de la Sierra, dos organizaciones criminales que se disputan el control del narcotráfico, las rutas y el dominio territorial en zonas rurales del Caribe colombiano.

Una zona sitiada

El hecho fue reportado por los habitantes del sector al inspector de Policía, quien trasladó la información a las autoridades. Sin embargo, el operativo para recuperar los cuerpos no fue inmediato. Solo uno fue hallado en las primeras horas, los otros cinco estaban en una zona selvática custodiada por hombres armados, lo que obligó al despliegue del Ejército Nacional para garantizar el ingreso de los equipos forenses.

Mientras tanto, en Valledupar, la presión crecía. Desde la Alcaldía, el alcalde Ernesto Orozco convocó con urgencia un consejo extraordinario de seguridad para analizar no solo esta masacre sino otros homicidios registrados en las últimas 36 horas, incluyendo uno en el corregimiento de Villa Germania.

A la reunión asistieron los altos mandos militares y policiales del departamento, así como delegados de la Fiscalía y la Gobernación. La prioridad: contener la escalada de violencia y frenar el avance de estas estructuras armadas.

Una guerra sin tregua

La disputa entre los grupos ilegales en el norte del Cesar ya había dejado huellas, pero nunca tan letales como esta. Según fuentes de inteligencia, ambos bandos se han estado enfrentando por el control de las rutas que conectan con la Sierra Nevada y la Guajira, claves para el tráfico de drogas y armas.

En este contexto, la masacre de Tierra Nueva sería un mensaje brutal, un acto de terror como mecanismo de control territorial. Las víctimas habrían sido señaladas de colaborar con el grupo rival, aunque las autoridades aún no confirman los móviles exactos ni los vínculos de los fallecidos.

La Fiscalía abrió una investigación, mientras los familiares de las víctimas claman por justicia y protección.

Lo único claro es que la guerra criminal en el Caribe colombiano no da tregua, y que las veredas antes tranquilas se están convirtiendo en campos de exterminio..


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