Como ocurrió en Barranquilla con Shakira, ahora en Santa Marta intentan comercializar la silla donde descansó Bless. Piden hasta 8 millones de pesos por ella.
El icónico barrio Pescaito vivió un viernes de locura con la visita del cantante de música urbana Bless, quien llegó al sector para la grabación de su más reciente video musical.
Rápidamente, la noticia se esparció como pólvora y una multitud de seguidores se congregó en las calles para verlo de cerca, tomar fotos y disfrutar del espectáculo. Sin embargo, el artista, siempre distante, solo saludó desde lejos.
Pero entre el bullicio y la emoción, un objeto aparentemente insignificante acaparó la atención de los habitantes: una sencilla silla de madera que Bless utilizó para descansar entre toma y toma.
El asiento, de apariencia modesta, se convirtió en una pieza de culto instantánea, al punto de que su dueño ahora intenta venderla por una cifra que supera con creces su valor real.
¿Un fenómeno como el de Shakira’?
Este hecho recuerda lo sucedido en Barranquilla, donde la cantante Shakira se sentó en un bordillo de una humilde vivienda que inmediatamente se viralizó. Ahora, en Santa Marta, la historia parece repetirse. Algunos moradores aseguran que el propietario del asiento está pidiendo entre 7 y 8 millones de pesos por un objeto que, en el mercado, no supera los 150 mil.
Pero más allá de la cifra desorbitada, lo cierto es que la silla se ha convertido en un atractivo local. Curiosos llegaron al lugar para tomarse fotos con el famoso asiento, alimentando la anécdota de que, por unos minutos, fue el trono improvisado de uno de los artistas más populares del género urbano.
Pescaito sigue vibrando con la emoción de haber sido parte de una producción musical de alto nivel, y ahora, con el peculiar destino de una silla que, sin proponérselo, ha pasado de ser un objeto común a una reliquia de la cultura pop local.
