
Lo prometieron y lo cumplieron: Caicedo y Martínez hacen realidad la universidad del sur
Tras décadas de promesas incumplidas, el Sur del Magdalena celebra la apertura del primer campus universitario público en El Banco. La obra fue planificada por el exgobernador Carlos Caicedo y ejecutada por Rafael Martínez. La moderna sede atenderá a más de mil estudiantes por semestre y transformará la realidad educativa de la región.
Durante años, en cada elección, los habitantes del sur del Magdalena escucharon la misma promesa: “Traeremos una universidad para esta región olvidada”. Pero una y otra vez, los discursos quedaron en el aire y los jóvenes siguieron marchándose, con sus morrales llenas de ilusiones, a otras ciudades para estudiar, o peor aún, se resignaron a no estudiar.
Esa historia comenzará a cambiar en esta parte del departamento.
La gran inauguración: un día histórico para El Banco
En medio de una multitudinaria celebración, el municipio de El Banco inauguró su primer campus universitario público, una infraestructura moderna y equipada, construida con recursos propios de la Gobernación del Magdalena.
El evento marcó un antes y un después para miles de familias campesinas que ahora ven en sus propios municipios la posibilidad real de una educación universitaria de calidad.

La obra, que abarca 8.000 metros cuadrados y alberga 40 aulas, biblioteca, auditorio, laboratorios, salones de estudio, cocina, comedor y zonas deportivas, fue concebida en el periodo del entonces gobernador Carlos Caicedo y concluida por su sucesor Rafael Martínez. Ambos mandatarios, integrantes del movimiento político Fuerza Ciudadana conocido como los “gobiernos del cambio”, se atribuyen el mérito de convertir en realidad un proyecto que durante décadas fue solo una promesa de campaña.
“Hoy no solo entregamos una infraestructura, estamos haciendo justicia con un territorio históricamente excluido. Carlos Caicedo le cumplió el sueño a los que fueron burlados con falsas promesas”, dijo Martínez ante la ovación de los asistentes.
Una apuesta por transformar el modelo educativo
Pero más allá de la infraestructura, la verdadera revolución está en el modelo educativo que se pone en marcha. Este campus hace parte de una red de seis sedes universitarias distribuidas en zonas con baja cobertura educativa. La de El Banco es la primera en entrar en operación, seguida por la del municipio de Plato. A estas se sumará pronto el campus de Ciénaga para el norte del departamento.
Este nuevo sistema educativo contempla una oferta de 100 programas académicos en alianza con 11 instituciones de educación superior acreditadas, entre ellas la Universidad Industrial de Santander, la Universidad Popular del Cesar, la UNAD y la Universidad del Magdalena. Las clases se desarrollarán en modalidades presencial, virtual e híbrida, incluso con encuentros intensivos los fines de semana, lo que permitirá a los estudiantes combinar el estudio con otras responsabilidades.

Apoyo del Gobierno Nacional y cobertura histórica
El Ministerio de Educación apoyará la operación de estos campus mediante recursos del programa “Yo Puedo Estudiar” y otras estrategias de financiación que garantizan la sostenibilidad de la oferta educativa en el tiempo.
El impacto será inmediato. Según cifras oficiales, la tasa de cobertura bruta del Magdalena en educación superior pasará de 36.8% a 40% con la puesta en marcha de los primeros campus. El índice de tránsito entre secundaria y universidad también se elevará, alcanzando el 49.5% a nivel departamental y hasta un 60% en las subregiones del Centro y Sur en el año 2026.

Un modelo que rompe fronteras
La proyección es aún más ambiciosa: para el 2030, el departamento espera alcanzar una cobertura del 59%, superando la media nacional estimada para ese año (56.8%).
“Este modelo no solo se trata de acceso, también de pertinencia y permanencia. Aquí se va a formar a los futuros profesionales que transformarán su propio territorio”, aseguró Rafael Martínez, resaltando que jóvenes de zonas limítrofes como el sur del Cesar y Bolívar también podrán beneficiarse sin tener que trasladarse a grandes capitales.

El sur del Magdalena, históricamente relegado en inversión social, hoy tiene un motivo para celebrar. La educación, tantas veces postergada, finalmente llegó para quedarse.
Y esta vez, no fue una promesa. Fue una realidad.
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