
Lo mataron el día de su cumpleaños: otro asesinato sacude al barrio Divino Niño II
José Gregorio “Charlie” Salcedo, de 33 años, fue atacado a tiros cuando salió a comprar licor en plena celebración; es el tercer homicidio violento en menos de una semana en este sector de Santa Marta.
La noche debía terminar en fiesta, no en sangre. José Gregorio “Charlie” Salcedo celebraba sus 33 años rodeado de familiares y amigos en una casa del barrio Divino Niño II, un sector que todavía no se reponía del doble asesinato ocurrido días atrás. Había música, risas y un ambiente que parecía ajeno a las tensiones que vienen marcando la vida del barrio. José estaba tranquilo, demasiado tranquilo, según quienes lo acompañaban.
Cerca de la medianoche, el licor se agotó. Él mismo se ofreció a salir a comprar más. Les dijo a los suyos que no tardaba y salió caminando por una de las calles donde, horas después, se convertiría en la nueva víctima de un territorio que no ha dejado de sumar muertos.
Los sicarios lo estaban esperando. No hubo enfrentamiento, no hubo advertencias. Le dispararon por la espalda en un punto oscuro de la vía, aprovechando que estaba solo. José cayó herido y quedó consciente por algunos minutos, viendo cómo su cuerpo se le apagaba sin que nadie pudiera auxiliarlo de inmediato.
Vecinos que lo encontraron tirado en el suelo avisaron a sus familiares. Entre gritos y carreras, intentaron mantenerlo vivo mientras lo subían a un vehículo improvisado para llevarlo a la clínica Gestión Salud. Llegó sin signos vitales. Los médicos solo confirmaron lo que ya sabían: estaba muerto.
La noticia estalló de inmediato en el barrio. Una celebración que comenzó con música y abrazos terminó con el llanto de los mismos invitados que horas antes cantaban el “feliz cumpleaños”. La Policía llegó minutos después para acordonar el área, recoger vainillas y escuchar versiones de testigos que solo coinciden en una cosa: José tenía problemas pendientes con personas que no perdonan.
Con este homicidio, Divino Niño II suma tres asesinatos en menos de una semana. Dos amigos fueron acribillados dentro de una casa hace pocos días y ahora matan a un hombre en plena celebración familiar. La comunidad habla de miedo, de retaliaciones y de un silencio obligado que cada vez pesa más.
La fiesta terminó, pero el mensaje quedó claro para todos en el sector: en este barrio, la violencia dejó de ser un hecho aislado y empezó a convertirse en una rutina que se está cobrando vidas una tras otra. En el cumpleaños 33 de José Gregorio Salcedo, la muerte se invitó sola y nadie pudo sacarla.
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