La víctima fue identificada como Sebastián Andrés Ortega, un hombre de 30 años de Fundación que viajó a la capital del Magdalena en busca de una oportunidad laboral. Su cuerpo apareció con varios impactos de bala en inmediaciones del peaje de Neguanje.

Sebastián Andrés Ortega salió de su casa en Fundación con la esperanza de conseguir un empleo. A sus 30 años, le dijo a su familia que iba a encontrarse con una oportunidad laboral. No dio mayores detalles, solo comentó que se trataba de un negocio que le dejaría dinero para ayudar en su hogar. Nunca volvió.

El viernes en la tarde, su cuerpo fue hallado a un costado de la vía que comunica a Santa Marta con Riohacha, cerca del peaje de Neguanje. Estaba baleado en repetidas ocasiones y sin documentos. Nadie sabía quién era ni qué había ocurrido.

Fue solo hasta que las fotos de la víctima comenzaron a circular en redes sociales y en páginas de noticias locales, que sus familiares lo reconocieron por la ropa que vestía. En ese instante confirmaron el peor escenario: Sebastián no había salido a encontrarse con un trabajo, sino con la muerte.

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“Él no tenía problemas aparentes, no era un muchacho conflictivo. Lo engañaron, lo hicieron venir para matarlo”, expresó un allegado en medio del dolor. La familia insiste en que desconocen por completo qué hacía en Santa Marta y qué pudo haber motivado el crimen.

Las autoridades adelantan investigaciones para esclarecer quién citó a Sebastián, qué razones había detrás del homicidio y si se trató de un ajuste de cuentas o de algún engaño vinculado a actividades ilegales.

Mientras tanto, en Fundación, sus seres queridos solo esperan que el caso no quede en la impunidad y que la justicia responda las preguntas que hoy atormentan a la familia: ¿quién lo llevó hasta allí?, ¿por qué lo asesinaron?, ¿qué había detrás de esa falsa promesa laboral?