Semana Santa en Santa Marta trajo consigo una mezcla de emociones para residentes y visitantes.
Lo bueno: A pesar de las expectativas no cumplidas en cuanto a la llegada masiva de turistas, la ciudad volvió a recibir una buena afluencia de visitantes. Turistas y locales disfrutaron de las hermosas playas, los sitios de historia natural y la deliciosa gastronomía local. La ciudad se vistió de fiesta y ofreció un ambiente acogedor para quienes decidieron pasar sus vacaciones en Santa Marta.
Lo malo: Sin embargo, no todo fue color de rosa durante la Semana Santa. Los bloqueos por protestas en la vía Ciénaga – Barranquilla obstaculizaron el acceso a la ciudad, provocando que muchos turistas se vieran impedidos de llegar a su destino deseado. Además, los trancones en diferentes sectores de la ciudad generaron molestias y retrasos en la movilidad tanto para residentes como para visitantes, afectando la experiencia de quienes deseaban disfrutar de sus vacaciones en Santa Marta.
Lo feo: Uno de los aspectos más lamentables de esta Semana Santa fue la presencia abrumadora de vendedores informales y el desorden en los balnearios como El Rodadero y Taganga. Esta situación no solo dio una mala imagen a la ciudad, sino que también incomodó a los turistas que buscaban disfrutar de las playas en un ambiente tranquilo y ordenado. El exceso de vendedores ambulantes y la falta de control contribuyeron a empañar la experiencia de quienes visitaron estos lugares durante la temporada vacacional.