Llovió plomo en la entrada de Río Frío: dos mototaxistas asesinados y dos más heridos


Los motociclistas fueron atacados a tiros mientras esperaban pasajeros. Otros dos quedaron heridos. El ataque fue tan rápido como letal.

La mañana transcurría con la rutina de siempre en la entrada del corregimiento de Río Frío. El calor comenzaba a sentirse, los mototaxistas conversaban entre ellos, bromeaban, miraban el celular o esperaban pacientes el siguiente cliente que les diera un viaje. Nadie imaginaba que en cuestión de segundos, esa escena cotidiana se transformaría en un baño de sangre.

Dos hombres en moto irrumpieron de manera violenta por la Troncal del Oriente. Llevaban cascos, pero no ocultaban sus intenciones. Sin previo aviso, sacaron armas y comenzaron a disparar.

El sonido de al menos siete detonaciones rompió la calma y sumió a los presentes en el pánico. “No nos dio tiempo de correr. Solo se escuchaban los tiros y los gritos”, relató un testigo que pidió reservar su identidad.

El ataque fue selectivo, pero indiscriminado al mismo tiempo. Aunque parecía que buscaban a dos en particular, dispararon contra todos. Cuando el estruendo cesó, cuatro hombres yacían sobre el asfalto, algunos aún sobre sus motos.

Jim Orozco y Fabio Lobo, ambos conocidos y queridos en la comunidad, murieron en el lugar. Dos más fueron auxiliados por los vecinos y llevados de urgencia a una clínica cercana.

Los sicarios huyeron como llegaron: rápido y sin obstáculos. Apuntaron sus armas a quienes insinuaron seguirlos, garantizando su escape por la misma Troncal del Oriente.

En minutos, el lugar se llenó de policías y curiosos. Algunos lloraban, otros simplemente no podían creerlo. “Aquí todo el mundo se conoce, no es justo morir así”, dijo un compañero de las víctimas.

La Policía acordonó el sitio e inició la investigación. Hasta el momento no hay capturados, pero ya se manejan hipótesis sobre las causas del ataque. Las autoridades revisan cámaras de seguridad de la zona y analizan si se trató de un ajuste de cuentas o de una intimidación más amplia contra los trabajadores informales del transporte.

Lo cierto es que Río Frío está nuevamente con miedo. El mismo sitio donde a diario se cruzan palabras, viajes y risas, hoy está manchado por la violencia. La comunidad exige justicia, y los mototaxistas, que aún deben salir a trabajar, lo hacen ahora con la sombra del terror sobre sus hombros.


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