La víctima no se percató del vehículo que la impactó y le ocasionó severos golpes que le ocasionaron la muerte. El conductor también quedó grave.

El destino fue cruel con Alcira Fonseca. Venía de orar en una iglesia y se dirigía a su casa; en ese momento no tuvo las suficientes precauciones y fue arrollada violentamente por una motocicleta que viajaba muy rápido sobre la calle 30.

Alcira vivía en el barrio 1 de Mayo, era una mujer descrita como servicial y muy creyente de Dios. Desafortunadamente por tratarse de una adulta mayor no soportó los golpes que sufrió con el impacto.

Testigos señalan que la colisión fue tan fuerte que tanto la mujer como el conductor volaron varios metros y cayeron inconscientes en el pavimento.

Una ambulancia los condujo de inmediato a una clínica, donde horas después se confirmó el deseceso de Alcira Fonseca desatando un inmenso dolor y pesar en sus hijos, hermanos, familiares y congregación de la iglesia.

Ella solía siempre estar acompañada pero la tarde del lunes, hizo su viaje de regreso a casa sola y en el camino una motocicleta le puso fin a su vida.

Hasta el momento, se desconoce la identidad del motociclista quien continua en estado crítico, aferrado a no dejar de luchar.