La pequeña capilla de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la vereda Tigrera en zona rural de Santa Marta se ha convertido en epicentro de una manifestación divina que muchos califican como un milagro. 

Según los feligreses, lágrimas han comenzado a brotar de los ojos de la imagen de la Virgen del Carmen, desatando una ola de devoción y asombro que trasciende fronteras.

El fenómeno, registrado en varios videos compartidos por los creyentes, muestra cómo un líquido transparente parece deslizarse por el rostro de la imagen. “Es un milagro, una señal de que debemos reflexionar y cambiar nuestras vidas”, comentó Ana Lucía García, una devota que viajó desde Santa Marta para presenciar el acontecimiento.

Ismael Torres, párroco de la capilla, ofreció un mensaje de fe: “Esto es un llamado divino, una invitación a la reconciliación, el perdón y la esperanza. La Virgen está llorando por nosotros, para que busquemos el amor y la paz”. 

Sus palabras resonaron entre los asistentes, que llenaron el pequeño templo con oraciones y plegarias.

La noticia no tardó en trascender las fronteras de Tigrera. Familias enteras han llegado desde otras zonas de Santa Marta para acercarse a la imagen y pedir favores divinos. 

Algunos buscan salud, otros trabajo y amor, y no faltan quienes ruegan por el fin de la violencia que golpea la región.

“Yo vine para agradecer por la vida de mi hija. Sentí que tenía que estar aquí, que la Virgen me está escuchando”, expresó entre lágrimas Lorena Vargas, mientras encendía una vela frente a la imagen.

A pesar de la devoción que ha despertado el suceso, también ha habido quienes lo miran con escepticismo. 

“No sabemos si hay una explicación científica para lo que está pasando, pero eso no le quita el significado espiritual que tiene para la comunidad”, reflexionó Jorge Bermúdez, un residente de Santa Marta que acompañó a su madre a la capilla.

Sea un milagro o un fenómeno natural, las lágrimas de la Virgen del Carmen han traído consigo un aire de esperanza y fe renovada a Tigrera. La pequeña capilla, antes silenciosa, ahora vibra con las voces de quienes buscan consuelo y un mensaje divino para sus vidas.