La comunidad de este municipio Pivijay volvió a la zozobra tras el asesinato de dos hombres en menos de un día. A pesar de la presencia del Ejército, la disputa criminal parece haber resurgido.

Por un momento, los habitantes del municipio de Pivijay sintieron alivio. La llegada del Ejército había traído consigo días de calma, una tregua aparente en medio de un territorio marcado por la violencia. Sin embargo, el viernes, esa paz frágil se desmoronó con la noticia de dos homicidios en menos de 24 horas. El miedo volvió a recorrer las calles del municipio.

Dagoberto Enrique Orozco Rojas, de 27 años, fue la primera víctima. Su cuerpo, perforado por balas, apareció a un costado de la carretera.

Hasta hace poco, Orozco se dedicaba a vender medicina natural en la región. Su último destino conocido fue Carreto, en El Piñón, donde ofrecía sus productos. Nadie imaginó que no regresaría con vida.

La noche apenas caía sobre Pivijay cuando el segundo crimen sacudió al municipio. Leonardo Fabio Ternera Calvo fue asesinado dentro de su propia casa.

Los sicarios irrumpieron con violencia, simulando un robo. Según testigos, Ternera intentó resistirse. No le dieron oportunidad. Varios disparos apagaron su vida mientras los delincuentes escapaban con su motocicleta y su celular.

El horror de esa jornada dejó a la comunidad sumida en la incertidumbre. «Nos sentimos desprotegidos. Si esto pasa con el Ejército aquí, ¿qué podemos esperar?», murmuraba un vecino mientras observaba el operativo policial en la zona del crimen.

Las autoridades han prometido reforzar la seguridad y esclarecer los hechos, pero en Pivijay, la esperanza es tan frágil como la calma que, por un instante, pareció haber llegado para quedarse