La menor fue atacada a puñaladas mientras estaba al cuidado del esposo de su tía en una vivienda del barrio 2 de Febrero, en Riohacha. La rápida reacción de los vecinos permitió la captura del presunto responsable en flagrancia.
La mató. Así, sin más. En la casa donde debía sentirse protegida, una niña de 10 años fue asesinada a puñaladas la noche del lunes 14 de abril en Riohacha.
El crimen ocurrió mientras estaba al cuidado del esposo de su tía, el hombre en quien sus padres confiaron antes de salir de viaje.
Los gritos de la menor alertaron a los vecinos del barrio 2 de Febrero, que no dudaron en llamar a la Policía. Cuando los uniformados entraron a la vivienda, encontraron al presunto asesino, Erik Mikhail Ternauskij, cambiándose de ropa. Dijo que había ocurrido un accidente y que iba a llevar a su familiar a la clínica.
La niña estaba gravemente herida. Efectivamente, las autoridades la trasladaron a un centro asistencial. Poco después, fue declarada muerta por tantas lesiones que recibió.
El sujeto intentó explicar que la menor se había autolesionado, pero las evidencias hablaban por sí solas. Las múltiples heridas con arma blanca eran imposibles de justificar. Fue capturado en flagrancia y presentado ante la Fiscalía, donde enfrenta cargos por homicidio agravado.
La comunidad, aún en shock, no encuentra palabras. Lo que parecía una noche común se convirtió en una pesadilla. Una niña alegre, confiada, fue silenciada para siempre. Y Riohacha, herida, se pregunta cómo se protege a la infancia cuando el peligro está dentro de casa.
Todo parece indicar que el hombre pretendía abusar de la niña y al encontrar resistencia y gritos de la menor, decidió de manera fría y cruel silenciarla.
