Se desplazó a la zona a cerrar un negocio y recibir un dinero en efectivo con el Clan del Golfo , pero en el camino fue interceptado por Los Pachenca que lo mataron sin piedad.
El brutal hallazgo de dos cuerpos desmembrados en sacos de café a un costado de la carretera que conecta a Palomino con Mingueo ha destapado una historia de crimen y venganza en el mundo del narcotráfico y la extorsión en Colombia.
Los cadáveres, identificados como José Nibardo Marín, de 49 años, y su esposa Saudi Karina Cotes, de 40 años, lideraban una banda criminal con operaciones en Cartagena, según fuentes judiciales.
Los cuerpos de Marín y Cotes, que presentaban signos de tortura, mutilación y heridas de bala, fueron encontrados por residentes de la zona.
Fuentes de la investigación han señalado que la pareja habría viajado a esta región para negociar con el Clan del Golfo, pero fueron interceptados por miembros de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN), quienes los retuvieron y, posteriormente, acabaron con sus vidas.
Una historia de venganza y poder
José Nibardo Marín, conocido como ‘El Abogado’, ‘Top’ o ‘Don José’, era un poderoso cabecilla dentro del narcotráfico.
Natural de Bogotá, Marín poseía un amplio historial criminal, con más de 20 años de experiencia en el bajo mundo. Según reportes, comenzó como parte del Bloque Mineros de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y, tras su desmovilización, se unió al Clan del Golfo en 2012.
Marín había subido con su pareja a la Sierra Nevada buscando apoyo financiero para una nueva operación que pretendía sostener la guerra entre bandas en Cartagena, donde su grupo, autodenominado ‘La Heroica’, intentaba apoderarse del control del narcotráfico. Sin embargo, el robo de un cargamento de dos toneladas de cocaína hace dos años habrían sentenciado su vida, pues ya estaba marcado por el grupo rival.
Del poder a la muerte
La historia de Marín refleja la volatilidad y el alto riesgo en el mundo de las organizaciones criminales en Colombia.
Después de la captura de uno de sus colaboradores, alias ‘Andrea’, Marín creó su propia banda para tomar el control de los puertos de Cartagena. Este intento de independencia le generó enemistades tanto con el Clan del Golfo como con otras organizaciones locales.
En marzo de 2023, fue capturado por las autoridades y señalado por la Fiscalía como responsable de almacenar toneladas de cocaína en las zonas costeras de Bolívar y Magdalena y coordinar su tráfico hacia Estados Unidos y Centroamérica.
La Fiscalía también lo identificó como el contacto del Clan del Golfo con los carteles de Jalisco y Nueva Generación en México, a quienes suministraba grandes cantidades de cocaína.
El asesinato de Marín y Cotes fue ejecutado con el mismo modus operandi que ha caracterizado a las Autodefensas Conquistadores de la Sierra (ACSN) en la región: descuartizar y dejar los cuerpos en sacos como advertencia. En lo que va del año, al menos cinco personas han sido asesinadas de la misma manera en la Sierra Nevada, reflejando el crudo enfrentamiento entre bandas rivales que buscan expandir su influencia en zonas estratégicas.
Este conflicto entre el Clan del Golfo y Los Pachenca, también conocidos como Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada, ha sembrado el terror en varias comunidades, donde los cuerpos mutilados son la evidencia de la guerra por el control territorial. Marín y su esposa son las últimas víctimas de esta disputa que parece no tener fin y cuyas repercusiones están lejos de disiparse.
El narcotráfico en el Norte: Un problema en expansión
Este doble homicidio y su violencia extrema reflejan un problema creciente en el Caribe colombiano: el aumento de operaciones narcotraficantes y la lucha por el dominio en zonas estratégicas.
Organizaciones criminales como el Clan del Golfo y Los Pachenca ven en la Sierra Nevada y las rutas costeras de Bolívar y Magdalena un punto clave para sus negocios ilícitos, donde la producción y distribución de cocaína fluye hacia destinos internacionales.
La Policía y la Fiscalía avanzan en las investigaciones para determinar con precisión la red de conexiones criminales que facilitó este brutal asesinato y los nexos de Marín y Cotes con el Clan del Golfo.
Los investigadores esperan que este caso arroje más luz sobre la pugna que sostienen los grupos criminales en el país y las redes de narcotráfico que buscan capitalizar el Caribe colombiano.
Para los investigadores, el caso de Marín y Cotes es apenas una pieza en el rompecabezas de un conflicto mucho mayor.