
La historia del pastor que abusó, torturó y planeó asesinar a su hijastra de 13 años
La imagen del pastor José Ramírez se desmoronó tras un video que reveló su verdadero rostro: el de un hombre capaz de violar, torturar y planear la muerte de su hijastra de 13 años. Un campesino impidió que se consumara la tragedia.
Durante años, José Ramírez se vistió de pulcritud. Saco, corbata, una Biblia en mano y una oratoria que convencía hasta al más escéptico. En redes sociales compartía mensajes de Dios, en su comunidad predicaba la fe, organizaba jornadas de ayuda a los más necesitados y hasta bautizaba almas en nombre de un Creador en quien decía creer. Muchos lo tenían como ejemplo, como guía, como pastor.
Pero detrás de esa imagen de «oveja del rebaño», se escondía un lobo. Uno que planeaba con calma, que mentía con convicción y que, en silencio, alimentaba un oscuro deseo que terminó por desbordarse.

La escena que ocurrió en la vereda San Andrés, en el municipio de Chinchiná, departamento de Caldas fue registrada en un video que hoy le ha dado la vuelta al país: José corre desesperado detrás de su hijastra de 13 años, una niña que acababa de escapar de sus manos, después de haber sido abusada, torturada y amarrada. No corría para consolarla. Corría para silenciarla.
Tenía todo calculado
Horas antes, ese mismo hombre que hablaba de amor, había cavado un hueco en el patio de su casa. Tenía listo un tanque, preparado para ocultar el crimen que estaba a punto de cometer. La menor sería asesinada y enterrada allí, sin dejar rastro. Era su plan. Lo había pensado todo. O eso creía.

Pero no contó con la fuerza de una niña que, al borde de la muerte, decidió jugarse la última carta: soltarse, correr, gritar. Tampoco contó con el campesino que escuchó sus alaridos, salió con lo que tuvo a la mano y enfrentó al pastor. Ese vecino se convirtió en el ángel guardián que evitó una tragedia irreversible.

“Todo el mundo confiaba en él”, dicen los vecinos. Algunos fueron bautizados por su mano. Otros se acercaban buscando consejos, ayuda espiritual, palabras de aliento. Su propia familia —su esposa y sus dos hijos— convivían con un hombre que sabía ocultar lo peor de sí bajo una máscara de bondad.
Hoy, esa máscara cayó. Y lo que había detrás no era un hombre de Dios, sino un demonio disfrazado de pastor, dicen quienes asistían a sus reuniones.
Un criminal que estuvo a punto de acabar con la vida de una niña inocente, su propia hijastra, a quien debía cuidar.
La justicia ya lo tiene en sus manos. Y su comunidad, esa misma que antes lo aplaudía, ahora lo repudia con horror. Porque José Ramírez no solo abusó de una menor: traicionó la fe de todos los que alguna vez creyeron en él.
PAUTE
AQUÍ
420 px x 450 px
INFO AQUÍ