
Alias Boliviano, el narco que convirtió una funeraria de Santa Marta en fachada para traficar cocaína
Lo que comenzó como un negocio de servicios exequiales terminó convertido en una fachada para el narcotráfico internacional. La Funeraria Jardín Cristo Rey S.A.S., con sedes en Santa Marta, Plato y Tenerife, pasó a manos de Carlos Mario Ramos Polo, alias el Boliviano, hoy capturado por sus nexos con el Clan del Golfo y requerido por una corte en Texas, EE.UU.
A simple vista, el cartel que anunciaba «Funeraria y Parque Cementerio Jardín Cristo Rey S.A.S.» parecía parte del paisaje cotidiano de Santa Marta. Un negocio más, como tantos otros, que ofrecía toda la logística, tramites, acompañamiento y proceso en los momentos de duelo. Nadie imaginaba que detrás de las coronas de flores, las lápidas y los féretros se escondía una red de narcotráfico internacional.
La historia dio un giro inesperado en 2019, cuando el empresario Carlos Mario Ramos Polo adquirió el establecimiento por una cifra irrisoria: 100.000 pesos colombianos. El traspaso, que pasó desapercibido entonces, hoy es una pieza clave en una investigación que sacude al Caribe colombiano. Con el cambio de dueño, la funeraria dejó atrás su vocación de despedida y resurrección para renacer en otro negocio muy distinto: un concesionario de vehículos de alta gama llamado «Multipropósito la 19».

Los vecinos notaron algo raro. “Ya no llegaban dolientes, sino camionetas blindadas”, murmura un comerciante del barrio San Francisco, donde estaba ubicada la antigua sede.
La transformación no fue solo estética: las autoridades aseguran que el nuevo cambio comercial era la fachada de una sofisticada operación de lavado de dinero y envío de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos.
La historia del narcotraficante
Alias el Boliviano, como se conoce a Ramos Polo en el mundo criminal, cayó el pasado 23 de abril en el aeropuerto de Rionegro, Antioquia, tras regresar de Punta Cana. Era vigilado de cerca por agencias federales, que lo vinculan con narcos mexicanos, líderes del Clan del Golfo y envíos millonarios de droga. Su captura coincidió con la de otro viejo conocido de las autoridades: Óscar Hernando Giraldo Gómez, un empresario con pasado en el narcotráfico que cumplió condena en EE.UU. por enviar 1.700 kilos de cocaína y que regresó al país en 2023.
Ambos, según la Policía Nacional, tejieron una alianza para revivir operaciones criminales. Giraldo Gómez, quien en su momento producía las bebidas Támesis a través de la firma Asian Andina Group S.A.S., habría financiado las actividades de alias el Boliviano, mientras este ponía a rodar la maquinaria desde Santa Marta.
Las autoridades rastrean ahora los bienes de Ramos Polo, incluyendo una casa en el barrio Luz del Mundo y un apartamento en el exclusivo edificio Sofía. Ambos inmuebles podrían haber sido adquiridos con dineros provenientes del narcotráfico, en lo que ya se perfila como un escándalo de proporciones internacionales.
“La DEA participa activamente en el caso, y no se descarta su extradición”, informó el brigadier general Carlos Fernando Triana Beltrán. De confirmarse los vínculos con alias Chirimoya, cabecilla del Clan del Golfo recientemente abatido, el caso de la funeraria sería apenas la punta de un iceberg mucho más grande, conectado con el llamado “plan pistola” que ha cobrado la vida de más de 28 uniformados.
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