La familia descubrió que su bebé prematura seguía con vida horas después de que médicos la declararan muerta. Sin incubadoras disponibles y con atención tardía, la recién nacida falleció en medio de denuncias por negligencia.

A la bebé la dieron por muerta, pero estaba viva. La familia la recibió en una caja a las 11:00 de la mañana, con el reporte de que la prematura había nacido sin signos vitales. Tres horas después, cuando la madre despertó de la cesárea y pidió verla para despedirse, encontró lo inesperado: su hija respiraba.

El hallazgo desató una carrera desesperada por ayuda, pero el hospital de Hernandarias en Paraguay tenía una respuesta que selló el destino de la pequeña: no había incubadoras disponibles.

“En ningún momento le plantearon ir a una incubadora”, contó Margarita Frutos, familiar de la madre.

Los médicos intentaron estabilizarla con oxígeno, pero con las mismas limitaciones y sin equipo adecuado.

Según la denuncia de la familia, solo después de insistir y llamar a la prensa, cerca de las 20:00, la recién nacida fue ingresada finalmente en una incubadora. Ya era demasiado tarde.

La bebé murió a la medianoche.

“Nos dijeron que el error de ellos fue entregar así nomás a la bebé, que debían haber revisado mejor. La doctora admitió que el error era de ellos”, relató Frutos.

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La tragedia, marcada por una declaración de muerte errónea y una falta crítica de atención, dejó un reclamo abierto que hoy sacude a toda la comunidad.