La corriente se llevó a una familia entera: hallan a la joven de 16 años y siguen desaparecidas su madre y su hermana


La familia Villota regresaba de cuidar perros abandonados en Silvania, Cundinamarca cuando una creciente súbita arrastró su camioneta y los tragó bajo un puente en Piedra Pintada. Tras dos días de búsqueda, solo uno de los cinco ocupantes logró sobrevivir.

La noche los devoró. En cuestión de segundos, una creciente súbita arrancó del camino a la familia Villota y los lanzó al vacío de una quebrada desbordada que convirtió la camioneta en un amasijo atrapado bajo un puente. Lo que era un regreso rutinario a casa terminó en una escena brutal: cinco personas atrapadas, golpeadas y arrastradas sin piedad por un caudal que superó los seis metros.

Segundo Villota, su esposa Teresa Escandón (65), sus hijas Ana Lucía (45), Sara (22) y Manuela Sofía (16) venían de hacer lo que más los unía: cuidar perros abandonados en una finca de Silvania. Era su ritual familiar cada semana. Pero el lunes 17 de noviembre, al pasar por Piedra Pintada, la tragedia los sorprendió sin siquiera dar tiempo a gritar.
La quebrada se levantó con furia, rompió el vidrio trasero y succionó la camioneta. Del golpe, el vehículo fue arrastrado, volteado y hundido bajo el puente.
Solo una de ellos logró salir con vida.

La única sobreviviente

Sara, empujada por el agua cuando el vidrio cedió, alcanzó a sujetar la mano de su hermana antes de perderla entre la espuma y los golpes del torrente.

“Tío, se rompió el vidrio de atrás. Yo salí, salí con mi hermana de la mano y se me soltó”, fue el primer relato que dio, aún temblando cuando la hallaron horas después en una orilla.

Su llamada fue la alarma que encendió los primeros rastreos.

“Se vino el agua, la avalancha… al carro de mi papá lo levantó y le dio vueltas como un remolino, lo succionó por debajo del puente”, contó un pariente.

El hallazgo

Este miércoles, tras dos días de búsqueda entre barro, escombros y ramas atascadas, los socorristas encontraron el cuerpo que correspondería a Manuela Sofía, la menor de la familia. Estaba cerca del Club del Bosque, en una zona donde el caudal depositó toneladas de desechos naturales.

El CTI de la Fiscalía llegó para la identificación oficial, mientras continúa la búsqueda desesperada de Teresa Escandón y Ana Lucía Villota, aún desaparecidas.

El último mensaje

El último indicio de vida llegó a las 9:02 p. m.

“Estamos pasando por Piedra Pintada”, escribió una de las jóvenes.


Minutos después, la avalancha los arrasó.
La familia pasaba cada semana limpiando, alimentando y reconstruyendo un refugio improvisado para perros abandonados.

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Ese plan lleno de amor quedó suspendido, golpeado por una tragedia que desarmó por completo a quienes los amaban.

La quebrada volvió a su cauce.

La vida de la familia Villota, no.


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