La controversia que desató reunión de Petro con esposa e hijos del pescador muerto en bombardeo de Estados Unidos


El presidente aprovechó su estadía en la ciudad, durante la Cumbre CELAC-UE, para expresar solidaridad con los familiares de Alejandro Carranza, el pescador samario que murió tras un ataque militar estadounidense. El gesto generó división entre los suyos.

En medio de su agenda en Santa Marta por la Cumbre CELAC-UE, el presidente Gustavo Petro hizo una pausa para atender una historia que lo ha impactado desde hace días: la de Alejandro Carranza, un pescador guajiro que murió en un bombardeo ordenado por el expresidente Donald Trump en aguas del Caribe.

El mandatario se reunió con su esposa, hijos y algunos familiares para escuchar de primera mano su situación y ofrecerles su respaldo. “Con la familia, hijos, compañera, del pescador Alejandro Carranza, asesinado con un misil cerca a Santa Marta, Colombia. Una familia muy pobre, que vive en el barrio más pobre de Santa Marta. No son ni terroristas ni narcotraficantes, Rubio y Trump están completamente equivocados.”, escribió Petro en su cuenta de X, tras el encuentro.
El presidente aseguró que el hecho fue un acto injustificado y que el país no puede guardar silencio ante lo que considera una violación a los derechos humanos.

Una reunión que desató controversia
La cita, que buscaba ser un gesto de solidaridad, terminó generando tensiones dentro de la propia familia. Petro se reunió con Katherine, excompañera sentimental de Alejandro, con quien ya no convivía.
La madre y padre del pescador criticaron el encuentro y pidió que el presidente también escuche la versión del núcleo más cercano: los padres, hermanos y allegados que vivían con él en el sector de Los Cardonales, en Gaira.

“Ella está aprovechando la situación para sacar beneficio”, aseguró la familia con la que vivía ahora Alejandro, aunque dejó claro que no se oponen a que los hijos del fallecido reciban apoyo del Estado.

El drama familiar

Katherine dice vivir una situación difícil. Está accidentada, no puede trabajar y debe sostener a sus tres hijos de 17, 11 y 8 años. “Lo que pedimos es ayuda, porque quedamos sin apoyo de Alejandro”, dijo.
Saray, la mayor, habló con tristeza: “Solo quiero estudiar Administración o Contaduría para ayudar a mi mamá y a mis hermanos”.

Según la madre, este hecho ha causado un problema psicológico a su hijo de ocho años, quien no entiende lo que sale en las noticias y las razones por la que su papá no ha regresado a casa.

“No sé qué decirle cuando me pregunta por qué mataron a su papá. Para él Alejandro era un pescador”, dice la mujer.

El presidente escuchó atentamente y se comprometió a gestionar ayudas y acompañamiento institucional. También insistió en que el caso no quedará en la impunidad, pues las imágenes del bombardeo muestran —según dijo— una lancha varada, sin capacidad de moverse, con señales de auxilio.

Solidaridad en medio del dolor

El gesto de Petro fue interpretado como un intento por enviar un mensaje humanitario desde Santa Marta, en medio de una cumbre internacional. En palabras del propio presidente, “más fácil habría sido ayudarlo que atacarlo”.

Mientras tanto, la familia de Alejandro Carranza sigue dividida, pero unida por una misma exigencia: que se esclarezca lo ocurrido y se reconozca que él no era un narcotraficante, sino un pescador que salió a ganarse la vida en el mar.


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