La ‘Bebecita’ volvió a casa: el polémico regreso de la pareja del ‘menor bendito’ tras un operativo de alto riesgo


Aunque la Fiscalía presentó pruebas sobre su papel como la encargada de las finanzas de los Conquistadores de la Sierra, el juez 103 ambulante de Valledupar ordenó que Rosa Angélica Tarazona, alias la Bebecita, enfrentara su proceso desde casa. La decisión generó indignación entre los investigadores que arriesgaron la vida en su captura.

El 26 de septiembre, mientras agentes del CTI y del Gaula Militar se jugaban la vida entre los caminos de Guachaca, una mujer de sonrisa intacta era notificada de su captura.

Se trataba de Rosa Angélica Tarazona, conocida como la Bebecita, pareja sentimental de Nain Andrés Pérez Toncel, alias Nain o el bendito Menor, uno de los jefes visibles del grupo armado Autodefensas Conquistadores de la Sierra.
La operación, producto de meses de seguimiento e inteligencia, no fue sencilla.

Cuando los agentes intentaron trasladarla, los hombres de Nain improvisaron un retén sobre la Troncal del Caribe, entre Magdalena y La Guajira. “Querían impedir que se la llevaran, como fuera”, relató uno de los uniformados que participó en el procedimiento.

El operativo logró completarse, pero la tensión no terminó allí. Días después comenzaron las amenazas, llamadas anónimas y mensajes que advertían que la organización no olvidaba lo ocurrido. Los investigadores creían haber dado un golpe importante al brazo financiero del grupo, pero la historia tomaría un giro inesperado.

El rostro que nunca dejó de sonreír

Desde el primer momento, la Bebecita se mostró confiada. En los registros fotográficos de su captura, aparece serena, incluso sonriente. No parecía la reacción de alguien que enfrentaría un proceso por concierto para delinquir, sino de quien sabe que el encierro será breve. Y lo fue.

Pese a la evidencia recaudada, los informes de inteligencia y las declaraciones que la señalaban como la encargada de las finanzas criminales en la región norte del país, el juez 103 ambulante de Valledupar decidió otorgarle detención domiciliaria.

La misma autoridad judicial reconoció que la mujer representaba un peligro para la sociedad, pero argumentó que su medida debía cumplirse en casa.

Reacciones a la libertad

La Fiscalía no tardó en apelar la decisión. El ente acusador sostiene que la Bebecita no solo manejaba los recursos del grupo, sino que además coordinaba pagos a sicarios y extorsiones bajo las órdenes de su pareja, Pérez Toncel.
Aun así, la determinación judicial se mantuvo.

El caso ha levantado dudas sobre la actuación del juez, quien, según fuentes judiciales, ya registra tres investigaciones por presunto prevaricato.

En Guachaca, donde todos saben quién es quién, la noticia cayó como un mensaje claro: los poderosos siguen mandando. Los pobladores aseguran que ahora que la Bebecita regresa, los hombres de Nain volverán a patrullar los caminos con más descaro.

La historia de la Bebecita no solo refleja la fragilidad del sistema judicial, sino también la realidad de una región donde el crimen parece tener más respaldo que la ley.

Y aunque la Fiscalía insiste en revertir la medida, la mujer sonriente, pareja del “menor bendito”, ya volvió a casa.


¿Quieres pautar

con nosotros?