
Joven soldado pidió permiso para ir a corraleja y murió corneado por un toro
El joven, había salido del batallón donde prestaba servicio militar y acudió a las festividades en Sabanagrande. El trágico hecho ha generado conmoción en su municipio natal, Clemencia.
En el municipio de Sabanagrande, Atlántico, un joven soldado del Ejército Nacional perdió la vida durante las tradicionales corralejas. El hecho ocurrió en medio del evento taurino cuando el uniformado fue embestido por un toro, sufriendo heridas que resultaron fatales.
La víctima fue identificada como Breiner José Marrugo Castro, de 23 años, natural del municipio de Clemencia, Bolívar. Según las primeras versiones, el soldado se encontraba fuera del batallón tras haber solicitado un permiso especial. Aunque habría manifestado que su salida obedecía a temas de salud, posteriormente se conoció que aprovechó el permiso para asistir a las fiestas populares del municipio atlanticense.
Testigos del evento relataron que el joven participaba como espectador, pero en un momento de euforia decidió ingresar al ruedo. En cuestión de segundos, uno de los toros lo arrolló violentamente, ocasionándole una grave herida en la pierna. El animal arremetió nuevamente contra él, causándole lesiones adicionales antes de que otros asistentes pudieran intervenir para rescatarlo..
Pese a los esfuerzos de los presentes por trasladarlo rápidamente a un centro médico, las lesiones y la hemorragia causada por la cornada terminaron cobrándole la vida. La situación generó pánico entre los asistentes y obligó a suspender temporalmente la jornada. Organismos de socorro y autoridades locales atendieron la emergencia y confirmaron posteriormente su fallecimiento.
Durante esa misma jornada se registraron otros incidentes en la corraleja, y algunos medios regionales reportaron que una gran cantidad de personas resultaron heridas. El caso ha vuelto a poner en discusión los riesgos que representan estas celebraciones tradicionales en varios municipios de la región Caribe.
En Clemencia, el pueblo donde creció Breiner Marrugo, el dolor es evidente. Familiares, amigos y vecinos acompañaron su sepelio y exigieron claridad sobre las circunstancias en que el joven abandonó el batallón. Su madre, entre lágrimas, expresó que había intentado disuadirlo de asistir a las corralejas. “Le pedí que no fuera, pero no me escuchó”, dijo conmovida.
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