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Joven queda con muerte cerebral tras ser embestido y robado en accidente de tránsito


El motociclista fue arrollado por un vehículo a alta velocidad en el sector de Gaira. Testigos desmintieron la versión del conductor, quien huyó del lugar tras el hecho.

Juan Bernardo Corea López salió de su casa sin imaginar que sería víctima de uno de los hechos más indignantes registrados recientemente en el sector Gaira, al sur de Santa Marta. El joven se movilizaba en su motocicleta cuando fue embestido violentamente por un vehículo particular, que no solo lo arrolló, sino que lo arrastró aproximadamente 20 metros sobre el asfalto.

La versión inicial del conductor, quien permanece sin identificar, aseguraba que Juan había perdido el control y se había estrellado contra un poste. Pero testigos presenciales desmintieron esta hipótesis. Según relataron, el carro se desplazaba a alta velocidad y fue directamente el que impactó a la motocicleta, lanzando al joven contra el pavimento con fuerza desmedida.

El hecho, ya de por sí grave, escaló a un nivel aún más lamentable. Mientras Juan yacía herido en el suelo, en estado crítico, varios sujetos se acercaron no para ayudarlo, sino para robarle. Le quitaron sus pertenencias sin ningún remordimiento, en una escena que generó impotencia y furia entre los vecinos que poco a poco fueron llegando al lugar.

Amigos cercanos de Juan llegaron instantes después, solo para descubrir que, además de estar gravemente herido, ya había sido víctima de un acto de indignación. Mientras ellos intentaban ayudarlo, el conductor del vehículo, en un descuido, escapó del lugar, dejando tras de sí el desastre que había causado.

Juan fue trasladado de urgencia a la Clínica La Bahía. Los médicos no tardaron en emitir un diagnóstico devastador: muerte cerebral. Las lesiones internas eran tan graves que sus posibilidades de sobrevivir eran casi nulas.

Horas más tarde, cuando la noticia del accidente comenzó a circular, una mujer apareció en el centro médico. Se identificó como la madre del conductor del vehículo. Aseguró que su hijo asumiría la responsabilidad y que respondería por lo ocurrido. Pero la promesa no duró mucho. Tiempo después, la misma mujer cambió su versión, exonerando a su hijo de toda culpa y dejando en manos de la familia de Juan la carga del proceso.


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