El joven, de 24 años, sufrió un accidente la madrugada del lunes festivo 24 de marzo y, pese a los esfuerzos médicos, falleció en una clínica de Bosconia a causa de un paro cardiorrespiratorio.

En la madrugada del lunes festivo 24 de marzo, la vida de Brayan de Jesús Figueroa Ramos dio un giro abrupto e irreversible. Con tan solo 24 años, este joven estudiante de Administración de Empresas vio sus sueños apagarse en un trágico accidente de tránsito cuando regresaba a casa en su motocicleta.

Brayan era un muchacho conocido por su amabilidad y espíritu emprendedor. Como estudiante de quinto semestre en la Universidad Sergio Arboleda en Santa Marta, tenía planes de convertirse en un profesional exitoso. Sin embargo, la fatalidad lo sorprendió en la carretera principal de Ariguaní, su municipio natal. 

Según relatos de allegados, perdió el control de su moto y cayó violentamente contra el pavimento, sufriendo graves heridas que lo dejaron en estado crítico.

Los esfuerzos médicos fueron en vano. Tras ser trasladado de urgencia a una clínica en Bosconia, Cesar, su cuerpo no resistió las secuelas del impacto y falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio. La noticia se propagó rápidamente, dejando un profundo vacío en su familia, amigos y comunidad.

Brayan no solo era un estudiante comprometido, sino también un joven con un fuerte sentido de pertenencia hacia su comunidad. Hijo del presidente de la Acción Comunal del barrio Loma Fresca 1, también era reconocido por su compromiso con el bienestar de su gente. Su partida deja una herida en el corazón de quienes compartieron con él sus días de esfuerzo y esperanza.

La Universidad Sergio Arboleda lamentó su muerte y expresó condolencias a su familia, destacando su calidad humana y su carácter afable. «Brayan era un joven con un gran futuro por delante, siempre dispuesto a ayudar y con una actitud positiva que lo hacía destacar», señalaron sus compañeros.

Su cuerpo fue trasladado a la morgue de Medicina Legal en Bosconia, donde sus familiares lo reclamaron para darle el último adiós en su tierra natal. Entre lágrimas y recuerdos, su despedida se convirtió en un testimonio del cariño que se ganó en vida.