Joven de 23 años murió tras exigente rutina en el gimnasio 

Compartir

Facebook
WhatsApp
Twitter
LinkedIn
Telegram

El estudiante de nutrición fue hallado muerto dentro de su vehículo.

En la madrugada del jueves 30 de mayo, en Criciúma, sur de Santa Catarina, Brasil, un estudiante de 23 años fue hallado muerto dentro de un vehículo. El joven, identificado como Eduardo Bardini da Silva, cursaba Nutrición y había salido de un gimnasio tras entrenar. 

Según ‘CNN Brasil’, la Policía Civil informó que la muerte fue descubierta cinco horas después. La principal hipótesis es que Eduardo sufrió muerte súbita. Testigos indicaron que había interrumpido su sesión de ejercicios debido a un malestar, abandonando el gimnasio alrededor de las 07:00 p.m. del miércoles 29.

Cámaras de seguridad captaron a Eduardo subiendo a su coche en el estacionamiento del gimnasio, ubicado en la zona central de la ciudad. La Policía Militar fue alertada cuando varias personas notaron que el joven tenía la cabeza caída sobre el volante.

​Los Bomberos llegaron pasada la medianoche y al abrir el coche, descubrieron que Eduardo no tenía signos vitales y no presentaba lesiones visibles. 

Los investigadores concluyeron que se trató de una muerte natural, causada por tromboembolismo pulmonar y enfermedad cardíaca dilatada, condiciones que provocan insuficiencia cardíaca.

Gabriel Perini, amigo cercano de Bardini, le comentó a medio ‘g1’ que Eduardo vivía en São Ludgero, una localidad de 13,500 habitantes, y planeaba mudarse a Criciúma, la ciudad más grande de la región, para facilitar su asistencia a la universidad. Esta nueva etapa lo entusiasmaba y planeaba iniciar una vida independiente en esa ciudad.

Asimismo, agregó: «Él tenía muchos planes ahora. Ya estaba ejecutando uno de ellos, que era empezar a estudiar nutrición. Iba a empezar otra etapa. Estaba todo listo para que se mudara solo, pero lamentablemente esto pasó».

Perini recordó a Eduardo como «una persona sensacional, sencilla, muy enfocada, decidida a lograr sus objetivos. Una persona sobresaliente, de corazón abierto, capaz de crear una conexión con cualquiera». Por su parte, su hermana, Biatriz Bardini, expresó al mismo medio que Eduardo era un soñador cuyo anhelo era mudarse a una ciudad más grande y vivir solo. «Iba a lograrlo, pero Dios lo quiso primero», lamentó.