Joven de 22 años estaba retirando árbol que cayó en medio de la vía y un carro lo mató 


Fue arrollado por un conductor que iba a exceso de velocidad mientras realizaba labores de limpieza tras la caída de un árbol. El joven, que solo buscaba ganarse 50 mil pesos, murió horas después. Su familia aún no entiende cómo una salida por necesidad terminó en tragedia.

Yerson Blanco Cantillo no debía estar allí. O al menos eso piensa hoy su familia, que no encuentra consuelo tras su muerte. Tenía 22 años y vivía en el sector de Villa Betel, en Santa Marta. Esa noche, cuando ya la ciudad se disponía a dormir, él decidió salir a trabajar. 

Le habían ofrecido 50 mil pesos por cortar y retirar las ramas de un árbol que se desplomó en la Avenida del Ferrocarril, a la altura del condominio Cañaveral, y aceptó. Era una oportunidad rápida para llevar algo de dinero a su casa. Lo hizo sin pensarlo mucho. Lo necesitaban.

Se fue con un amigo. La tarea era sencilla, aunque pesada: quitar del camino las ramas del árbol que bloqueaba el paso vehicular tras las lluvias. Avanzaban con esfuerzo, pero sin contratiempos. Ya llevaban más de la mitad del trabajo cuando la tragedia irrumpió sin aviso. 

Un conductor, que según testigos manejaba a alta velocidad, no frenó. No respetó. No vio —o no quiso ver— que había personas trabajando en plena vía. Los embistió a ambos. Yerson se llevó la peor parte.

Fue trasladado de urgencia a un centro asistencial, pero los médicos no pudieron hacer nada. Murió horas después, dejando en su casa un silencio cargado de dolor y desconcierto. 

“Él dijo que no se iba a demorar. Solo era para solucionar una necesidad, como muchas veces lo hacía”, expresó uno de sus familiares entre lágrimas. Nadie esperaba que esa noche fuera la última vez que lo verían con vida.

En Villa Betel, el barrio donde vivía, todos lo recuerdan como un joven trabajador, humilde y siempre dispuesto a ayudar. Su muerte ha dejado un vacío profundo, pero también una indignación latente.

Las autoridades investigan el hecho, pero mientras tanto, una familia más en Santa Marta enfrenta la cruda realidad de una pérdida evitable. Yerson solo quería ayudar en casa. Nunca pensó que no regresaría.


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